El inventario de pinturas rupestres localizadas en las montañas de Tous sigue sumando nuevos abrigos. El arqueólogo local Ximo Martorell ha descubierto una cavidad de tamaño medio que alberga tres paneles o concentraciones de pinturas con representaciones de tipo levantino. Su estado de conservación es precario pero, según señala, son «del máximo interés científico». Una lectura inicial vislumbra en uno de los conjuntos motivos vinculados a la recolección de la miel, un tema característico de la cuenca media del Xúquer que, no obstante, es la primera vez que se localiza en la Ribera, explica Martorell. Este descubrimiento eleva a 31 los conjuntos de arte rupestre hallados en Tous si se computan tanto los de cronología prehistórica como histórica.
Una prospección realizada por Martorell el pasado 25 de diciembre en las montañas de Tous, donde ya ha localizado más de veinte enclaves con pinturas rupestres, permitió despedir el año en que se conmemoraba el vigésimo aniversario de la declaración de estas manifestaciones artísticas como Patrimonio de la Humanidad con un nuevo descubrimiento de pinturas prehistóricas, del que informó de inmediato tanto a la dirección general de Patrimonio Cultural Valenciano como al Ayuntamiento de Tous.
El arqueólogo detalla que en la primera concentración de pinturas destaca la presencia de un antropomorfo de apariencia lineal que se ha representado en actitud de trepada o escalada. «El análisis preliminar de sus rasgos estilísticos ha permitido clasificarlo provisionalmente dentro del Tipo 5 de la secuencia levantina regional establecida por la Dra. Trinidad Martínez i Rubio, momento en el que según esta investigadora se inician las escenas de recolección de la miel en el núcleo del Xúquer medio», comenta. El experto explica que esta secuencia define seis tipos en la evolución estilística del arte levantino que se repiten en diferentes zonas de forma que las figuras grandes elaboradas con mucho cuidado y detalle, aunque en actitudes estáticas, van perdiendo volumen en la medida que avanza la secuencia para ganar dinamismo ya que se representan corriendo o cazando.
Ximo Martorell destaca que la lectura vinculada a la recolección de la miel se refuerza con dos motivos que identifica como panales en otro de los conjuntos, uno de ellos asociado a varias abejas. Cabe señalar que las Cuevas de la Araña, en Bicorp, acogen la que posiblemente es la escena más conocida de arte levantino a nivel mundial, la de recolección de la miel, en la que una mujer y un hombre trepan por tres cuerdas paralelas para acceder a un pequeño agujero natural que simula el panal rupestre. La mujer, situada a la altura del panal, introduce un brazo en él a la vez que con el otro brazo sujeta un cesto o vasija en la que deposita la bresca, acción que desarrolla mientras catorce abejas revolotean a su alrededor. En el caso de la escena descubierta en Tous no hay ninguna recolectora, pero el número de insectos es muy similar, ya que se han podido inventariar 16 abejas, un número que podría aumentar cuando se realicen los oportunos calcos.
La concavidad como paisaje
Martorell explica que el panel tres se completa con otra interesante pintura zoomórfica. «Se trata de la mitad delantera de un cápidro, muy interesante porque en este caso sabemos con seguridad que no es un dibujo incompleto o parcialmente perdido. En efecto, el cuerpo del animal se interrumpe al llegar a una concavidad de la pared rocosa que el 'artista prehistórico' utilizó a modo de paisaje, el animal está, por tanto, saliendo de una cueva que se incluye de esta manera en la ancestral narración», describe Martorell.
El arqueólogo de Tous comenta que los técnicos de la dirección general de Patrimonio ya han recogido toda la información necesaria para incluir este nuevo abrigo en el catálogo de Bienes de Interés Cultural (BIC) de la Comunitat Valenciana. La particularidad de los temas representados, sobre todo la presencia de abejas y panales, se ha recibido con gran satisfacción en Tous, especialmente entre los apicultores por lo que tienen de emblemáticas para ellos estas «pequeñísimas representaciones plasmadas en la roca hace más de 7.000 años», subraya Martorell.
