El equipo de gobierno aprovechó la semana pasada el pleno de presupuestos del Ayuntamiento de Alberic para intentar vender una bonanza económica cuyo mérito se deriva, en gran parte, de las obligaciones que impone la Ley de Estabilidad Presupuestaria del Gobierno del Partido Popular. Como, por ejemplo, la reducción de la deuda municipal, pese a obviar durante dos años la obligación de destinar el superávit a pagar deuda.

Según los números de los últimos dos años, el ayuntamiento ha ingresado 110.000 euros más de lo que ha pagado a las empresas que se encargan de la recogida de basuras. Ante esto, el Grupo Popular ofreció su voto favorable a la aprobación de los presupuestos a cambio de una bajada de la tasa de basuras en beneficio de los contribuyentes. Una reducción que se entiende mejor si tenemos en cuenta que el ayuntamiento descuenta una parte del gasto por servicios no prestados mientras que los contribuyentes continúan pagando el mismo importe de la tasa.

Es justo que el dinero esté en el bolsillo de la gente, más aún cuando son los ciudadanos los que se han apretado el cinturón y en toda la legislatura no se ha bajado un solo impuesto y tampoco lo han contemplado para 2019.

Es indignante que se trate de vender un «aumento del servicio público» y sacar pecho por no aumentar los impuestos cuando el aumento más escandaloso es la subida del gasto por indemnizaciones de sentencias judiciales por valor de 160.000 euros. Como decimos los valencianos, no debemos «pagar bo per roín» i en el Grupo Popular no pararemos hasta conseguir bajar los impuestos, la tasa de basuras el primero.