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El tráfico

El tráfico

Desde Ciudadanos creemos que la actual política de ordenación del tráfico de Alzira es manifiestamente mejorable. Como se suele decir, se han tomado decisiones para empezar la casa por el tejado, con constantes vaivenes de ideas.

Aplaudimos las nuevas rotondas y la fluidez que dan al tráfico. Pero ¿alguien del equipo de gobierno se ha parado a pensar en los vecinos de las avenidas afectadas? ¿En los niños y padres con carros que usan continuamente los pasos de peatones para dirigirse a la plaza Cartonajes o al barrio de la Alquerieta? También está dentro de la ruta escolar.

Cuando se toma una decisión hay que prever todos los aspectos que nos podemos encontrar y no solo hacerlo sin más. ¡Claro que queremos fluidez! Pero también protección para el peatón. Por tanto, ¿no sería más conveniente añadir otros elementos a la ecuación como la sensibilización para aumentar el civismo de los conductores o mejorar la visibilidad? Se puede intentar encontrar otra solución que puede llegar de la mano de un simple semáforo inteligente que en los horarios de paso escolar regulen el paso de cebra y controlen la velocidad del tráfico. Así protegeríamos al peatón. Una ciudad inteligente se crea de este modo y no gastándose 50.000 ? en un sistema de gestión electrónica para plazas de aparcamiento que en nuestra ciudad resulta absurdo.

En esta línea, ¿a quién no le gusta como ha quedado Hort dels Frares? A todos nos gusta. Sin embargo, no se plantearon los problemas que podía ocasionar el corte de una arteria principal sin tener ninguna alternativa. Los vecinos de las calles Figueres, Reis Catòlics o Doctor Ferrán, entre otras, no son menos que los de otras calles pero sí son los que sufren ahora las consecuencias.

Si repasamos el catálogo de despropósitos, tenemos que hablar del límite de velocidad a 30 que se inauguró recientemente. Todas las señales para radares instaladas y el anuncio por todas partes de su entrada en funcionamiento. Después que estarán pero que no multarán; más tarde que no estarán porque no hay presupuesto? Un verdadero desastre que resta credibilidad a quienes gestionan este tipo de actuaciones.

Si de verdad quieren obligarnos a ir a pie, lo respetamos y apoyamos. Hay que pensar en los profesionales que trabajan, en aquellos que vienen de otra población, así como en los padres y madres que cogemos el vehículo porque tenemos el tiempo justo para llevar a nuestros hijos al colegio o la guardería.

¿Acaso no pagamos también un impuesto de circulación que bien se lo gastan para actuaciones más encaminadas a renovar su sillón que en mejorar la circulación o el mantenimiento de calzadas de nuestra ciudad? Al menos, si queremos una ciudad sostenible, ¡hagámoslo! Eso sí, siguiendo un plan general consensuado entre todos.

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