Los operarios de la planta de tratamiento se han acostumbrado a reconocer y separar bengalas náuticas entre los residuos que llegan de la red de los ecoparques y que se almacenan en unas áreas cubiertas próximas a la antigua instalación, aunque un susto si cabe mayor se llevaron el pasado de verano cuando, en uno de estos silos, apareció una granada de mano.

El Consorcio de Residuos Ribera-Valldigna alertó del peligroso hallazgo a la Guardia Civil y una unidad del Tedax se deplazó a la planta de tratamiento de Guadassuar para hacerse cargo del explosivo. El proceso de selección previo evita que este tipo de residuos llegue a entrar en la cadena que separa los residuos ya en el interior de la planta.