El alcalde socialista de Sollana, Joan Roda, será enterrado esta mañana en su municipio. Falleció ayer de madrugada a los 61 años tras sufrir una larga y grave enfermedad neurológica que le apartó durante más de año y medio de la política, a la que se había dedicado con pasión desde que alcanzó el acta de concejal en 2011 y, de manera especial, tras asumir la vara de mando tras la elecciones de 2015 al firmar un pacto de legislatura con Compromís y la edil independiente. El ayuntamiento decretó ayer tres días de luto oficial. La familia ha agradecido las numerosas muestras que le han trasladado los vecinos y los representantes institucionales.

La misa funeral tendrá lugar hoy jueves, a las 16:30 horas, en la iglesia de Santa María Magdalena de Sollana. El ayuntamiento ha abierto en la Casa Consistorial un libro de firmas para que los ciudadanos puedan expresar sus condolencias a la familia. Todos los edificios municipales tanto culturales como deportivos permanecen cerrados hasta el viernes.

Roda era una persona muy apreciada. La formación de un gobierno municipal estable presagiaba una legislatura tranquila, pero la salud se le quebró hace dos años y, pese al vigor con el que trató de sobreponerse, el síndrome Creutzfeld-Jakob acabó mermando sus facultades físicas. Demostró una enorme fortaleza. Los médicos se declaraban asombrados de la evolución del paciente. Aguantó cuanto pudo, pero el avance de una enfermedad degenerativa aconsejó apartarle de la actividad municipal. En su ausencia, la alcaldía accidental ha sido rotatoria

La agrupación local del PSPV-PSOE de Sollana trasladó ayer su afecto y «más sentido pésame a la mujer y a sus hijos en momentos tan difíciles». También resaltó la figura de Joan Roda, a quien presentó como «una persona siempre preocupada en resolver los problemas de su pueblo». Los socialistas destacan que era «un gran hombre de partido».

Familia apesadumbrada

Portavoces autorizados de la familia manifestaron ayer su agradecimiento «por todas las muestras de cariño recibidas en momentos tan complicados». Sus allegados también quisieron «destacar el carácter de luchador incansable, alegre y agradable, que caracterizó a Joan Roda, abierto siempre a ayudar a los que lo necesitaban y siempre dispuesto a trabajar por su pueblo».