Los contactos mantenidos por los integrantes de la plataforma en defensa de las playas naturales de Cullera comienzan a dar sus frutos. El Gobierno central ha iniciado el proceso para solucionar los problemas de erosión que sufren las playas de la costa sur de Cullera, una actuación reivindicada por el ayuntamiento, la Plataforma de Defensa de les Platges Naturals y la Associació de Veïns del Marenyet y de l'Estany.

La publicación del contrato para redactar el proyecto de regeneración es el primer paso para una solución duradera a la erosión de los arenales que sufren ambas playas y que empeora con los temporales. El concejal del área, Salva Tortajada, se mostró ayer satisfecho con lo que promete ser el inicio del fin de esta problemática ambiental. «Ahora que nuestras peticiones han sido escuchadas trabajaremos para que se actúe lo más rápido posible y así agilizar todo el proceso», indicó. El plazo para la recepción de ofertas permanecerá abierto hasta el próximo 26 de febrero. El proyecto tiene un valor estimado de 61.166 ? y una duración de 8 meses. El alcalde de Cullera, Jordi Mayor, también quiso expresar su satisfacción por la decisión del Gobierno y destacó que seguirá trabajando junto a la plataforma y los vecinos de la zona para que el problema se solucione de manera definitiva.

Mayor y Tortajada, junto a representantes de la plataforma y de la asociación de vecinos, se reunieron en noviembre con el subdelegado del Gobierno en València, José Roberto González Cachorro, quien aseguró que se buscarían alternativas a los trasvases de arena ya que la costa sur de Cullera es una de las que más preocupa a los responsables de Costas.

Hace escasos días, también Tortajada y la asociación de vecinos de la zona se reunieron con el Jefe de la Demarcación de Costas de València, Antonio Cejalvo, para mostrar su preocupación por la situación de las playas del sur. Hasta el momento, las playas del Marenyet y de l'Estany se habían regenerado con trasvases de arena, una solución costosa y sin eficacia a largo plazo pues los temporales terminaban erosionándolas de nuevo.

El sistema natural de protección de las playas de Cullera se vio alterado con la construcción en el año 1954 de diques de encauzamiento a base de escollera en la desembocadura del Xúquer. A principios de los 80, y pese a que ya se había comprobado su efecto negativo sobre la costa, el situado al norte fue prolongado unos 175 metros. Estas intervenciones han propiciado la erosión de las playas e incluso algunas de las playas han desaparecido.