Ayer era San Valentín, pero también el Día Europeo de la Salud Sexual. Aprovechando la efeméride, la Unidad de Salud Sexual y Reproductiva, un organismo que se encarga del asesoramiento y la orientación para adolescentes y familias, hizo públicos los datos reunidos a lo largo de 2018. Según su registro, más de 7.000 pacientes acudieron a los centros de la unidad en la Ribera, mientras que el número de consultas ascendió hasta superar las 26.000. Ambas cifras colocan a la Ribera entre las comarcas con más actividad en las URRyS de toda la Comunitat.

El registro de datos ofrece, además, otros hechos llamativos: los jóvenes de la comarca empiezan sus relaciones sexuales, de media, a los 16 años. El trabajo de las unidades empieza antes, con el objetivo de que cuando el momento llegue, el o la adolescente esté preparado: «Se está comprendiendo la sexualidad como algo con lo que el ser humano lidia desde que nace. No han de haber empezado a tener relaciones sexuales para que la salud pública se implique», explica al respecto Yinette Martínez, sexóloga de la Unidad de Salud Sexual y Reproductiva de Alzira. El principal cometido del organismo es la atención a los adolescentes en lo referente a las relaciones de pareja y los métodos anticonceptivos, enseñanzas que difunden de forma activa a través de charlas en los institutos de la comarca. En los centros reciben la visita de jóvenes con preocupaciones de diferentes aspectos, pero también a familiares que están viviendo alguna situación problemática con sus hijos y que van en busca de orientación. «Se les hace una primera entrevista a los padres, y luego se trata el problema individualmente con los jóvenes mediante entrevistas», resume Martínez. En función de la naturaleza del problema, el asesoramiento se enfoca de una manera determinada. Según explica Martínez, además de las dudas respecto a los cambios hormonales, las preguntas más frecuentes las suscita el encuentro con el otro: «cómo será el compartir intimidad».

Las agresiones sexuales y demás gestos fruto de una concepción sexista de las relaciones no son el único peligro que acecha en la pubertad: también comparecen desde las ETS hasta otras lacras menos obvias, como el bullying a jóvenes que se declaran homosexuales. La primera sexualidad representa todo un universo en sí misma, un complejo factor con peso innegable en la configuración de la sociedad „también en la de una clase de instituto„, un nuevo compañero que aparece de repente entre la neblina de la adolescencia para cambiarlo todo, con una mochila de explosivos que puede reventar si no se maneja con el tacto que exige.

Internet es la primera fuente de información a la que acude todo joven criado en la era digital. La realidad es tozuda, y en la URRyS no se lo plantean como un hecho intrínsecamente negativo, sino como una realidad con la que se ha de lidiar. «Nuestro trabajo», indica Martínez, «no se basa tanto en la información „a pesar de que hay mitos que se encargan de desmentir„, sino en las actitudes. No buscamos que el adolescente conozca toda la lista de anticonceptivos, sino que sepa cómo usarlos de forma responsable». Lo primero es conocer qué conocen los jóvenes, para después orientar sus actitudes. O «transmitir responsabilidad, conociendo el placer asociado a la sexualidad», en palabras de Martínez.