Prácticamente todo el tejido empresarial, social, cultural y deportivo de Alzira se ha sumado a la propuesta de la revista municipal «Algezira» para que el ayuntamiento dedique un monumento al empresario Luis Suñer, fallecido el 22 de agosto de 1990. Así se evidenció en la entrega oficial que los responsables de la publicación (sobre todo a través de la figura del cronista Aureliano Lairón y del periodista Alfonso Rovira, ambos colaboradores de este periódico) organizaron ayer para trasladar al alcalde, Diego Gómez, las más de 1.800 firmas ciudadanas y el sello de aprobación de numerosas asociaciones y empresas locales.

El acto contó con una gran afluencia de público en representación de muchas de esos colectivos. Aureliano Lairón destacó que Luis Suñer «más que un gran empresario, que también lo fue, destacó por ser un mecenas de Alzira, ya que no hubo asociación que no contara con el apoyo de Suñer, que siempre estuvo al lado de los alcireños. Es un acto de justicia que Alzira reconozca al que nosotros consideramos el alcireño más destacado del siglo veinte».

El alcalde ya hizo suya la propuesta hace meses y subrayó ayer que su equipo de trabajo valora diferentes posibilidades para ofrecer al monumento de Luis Suñer el emplazamiento adecuado. De hecho, han existido conversaciones con la familia para conocer las prioridades, así como también con los propietarios actuales de Avidesa (Ice Cream) para la cesión de un mural que existe en las instalaciones de la compañía y que seguramente formará parte del próximo complejo escultórico que se organice alrededor de la figura del histórico empresario.

Secuestrado por ETA

El alcalde calificó la petición de «sensata y con criterio y ya durante la presente legislatura hemos realizado varias acciones para llevarla a cabo». También adelantó que la editorial Reclam está trabajando en un cuento monográfico sobre la figura del empresario, que fue secuestrado por la banda terrorista ETA en enero de 1980. La situación acabó convirtiéndose en una cuestión de Estado y a pesar de que fue liberado aproximadamente cuatro meses después en La Rioja, su salud se vio mermada considerablemente. «Fue un ciudadano ejemplar», finiquitó Aureliano Lairón.