Ribera Salud, la empresa que gestionó el Hospital de la Ribera desde su apertura, el 1 de enero del 1999, hasta hace once meses, aseguró ayer que la avería detectada el pasado sábado en una de las dos resonancias magnéticas «es consecuencia de la falta de mantenimiento, la incompetencia y la dejación de los actuales gestores». La compañía subraya que los dos equipos de radiodiagnóstico «se encontraban plenamente operativos» cuando se produjo la reversión y destaca que cuando los directivos de la conselleria se hicieron cargo del complejo sanitario todavía no se había convocado el concurso para adjudicar el mantenimiento. «Y a día de hoy, nadie sabe cómo se realiza», precisa.

La avería detectada el sábado, causada por la fuga de helio, era la cuarta que se registraba en diez meses y la séptima contabilizada en los últimos años. Los técnicos de la empresa de mantenimiento, al comprobar la gravedad de lo ocurrido en un equipo de segunda mano que ya tiene 13 años de antigüedad, comunicaron que el aparato ha llegado al final de su vida útil, por lo que la dirección del hospital va a licitar de urgencia la compra de otra máquina para no comprometer las listas de espera.

Todos los equipos de alta tecnología que dejó Ribera Salud en el Hospital de La Ribera el 31 de marzo de 2018 «estaban en perfecto estado de uso, actualizados y con sus correspondientes certificados de mantenimiento emitidos por los propios fabricantes», defiende la antigua empresa concesionaria, que añade que las dos resonancias «se actualizaron en 2016 para dotarlas del último software y hardware disponible en el mercado para estos equipos. Esta actualización fue llevada a cabo por la empresa que llevaba el mantenimiento, que es el fabricante, y supuso una inversión para de 250.000 euros».

Mantenimiento preventivo

En el caso concreto de las dos resonancias, Ribera Salud enfatiza que el fabricante, Philips, certificó que el índice de funcionamiento óptimo entre el 1 de enero de 2017 y el 31 de marzo de 2018 es del 97,73% y del 96,46% respectivamente, es decir, que los índices de ‘parada’ en el año y medio auditado justo antes de la reversión por el fabricante no superaron el 3,5%». Todos los equipos de alta tecnología se sometían periódicamente a «mantenimientos preventivos» y a «las pertinentes revisiones preventivas recomendadas por el fabricante que garantizan el mantenimiento de todos sus parámetros operativos en los niveles óptimos para el normal desarrollo de sus funciones».

En consecuencia, Ribera Salud concluye que las cuatro averías de los últimos meses se deben a «un deficiente mantenimiento de los aparatos de alta tecnología tras la reversión». A este respecto, la empresa, aún va más allá en sus reproches: «Nadie garantiza que la conservación es la adecuada, ni que las reparaciones se hacen con piezas originales, ni mucho menos que los tiempos de respuesta para resolver incidencias sean rápidos», según detalla un comunicado emitido ayer por la empresa.

Desvío de pacientes

Frente al modelo de gestión pública, Ribera Salud contrapone el contrato de mantenimiento «a todo riesgo» que suscribió con la empresa fabricante de las resonancias, que garantizaba «tiempos de respuesta inmediata (los técnicos acudían enseguida ante cualquier incidencia), las piezas de repuesto eran originales y el funcionamiento era óptimo, tal y como demuestran los certificados». La empresa recuerda que los problemas de mantenimieno de la Conselleria de Sanidad, que se repiten en otros hospitales de la red pública, han obligado a «desviar miles de pacientes una clínica privada en Alzira, por primera vez en la historia de este centro hospitalario. Y como ni siquiera esto era suficiente, se decidió instalar resonancias portátiles en camiones en el aparcamiento del hospital».

En este contexto, critica el «Ribera Salud atribuye la avería a la falta de mantenimiento de la conselleria absoluta por lo que respecta al desvío de pacientes a la clínica de Alzira y a los camiones de la empresa que prácticamente tienen el monopolio en las resonancias valencianas. Nadie sabe cuánto se paga por cada prueba que se desvía del hospital de Alzira».