«Poner azufre para evitar que los animales hagan pis es inútil, está prohibido y además es tóxico para mascotas y personas». «El azufre en las esquinas ensucia las calles, además de ser perjudicial. Si lo observas denuncia ante las autoridades municipales». El primer mensaje lo publicó la Policía Nacional en su perfil de Twitter el 17 de septiembre de 2017. El segundo pertenece a la Guardia Civil y se difundió en esa misma red social unos meses antes, el 26 de mayo. Ha llovido mucho desde entonces, pero el agua no elimina ese nocivo polvo amarillento de las calles. Son muchos los municipios en los que todavía se puede ver, uno de ellos es Algemesí. Varios vecinos han mostrado su malestar por la aparición de azufre en algunos rincones de la localidad dado el riesgo que conlleva.

A nadie le gusta llegar a su casa y encontrarse en el portal o en las esquinas el inconfundible rastro visual y olfativo que deja el orín de los perros. Por ese motivo, varias localidades de la comarca «obligan» a los dueños a llevar una botella de agua para limpiar los restos de las micciones animales. La falta de civismo de algunos vecinos y el hartazgo de otros llevó a probar todo tipo de métodos para ahuyentar a las mascotas. Uno de los más extendidos es el azufre, pese a que su eficacia no está probada.

Son varios los vecinos de Algemesí que dejado constancia de su malestar al encontrar una gran cantidad de azufre alrededor de una farola, que curiosamente es un elemento que forma parte del mobiliario urbano y no es propiedad de nadie. «Pensaba que esto estaba prohibido», comentó un vecino que compartió la imagen en redes sociales. A cola, le siguieron comentarios que reprobaban la actitud incívica del autor. «Anda que han tirado sólo un poco, qué gente», «Han tirado casi un bote entero, hace hasta montañita», «Casi que es más corrosivo eso que las propias meadas» o «Está todo el pueblo igual» son algunas de las opiniones vertidas por vecinos de la localidad.

Daños a terceros

No obstante, la alcaldesa de Algemesí, Marta Trenzano, negó ayer que fuera un problema que se les escape de las manos: «Es cierto que la gente a veces se excede, sobre todo si hablamos de farolas, que no son propiedad de ningún vecino. Pero a día de hoy no es un problema demasiado extendido ni preocupante, de hecho ni siquiera hemos recibido quejas en el registro ni a través de la aplicación Línea Verde». Asimismo, la munícipe recordó que «por normativa general, está prohibido su uso en la vía pública porque es un producto tóxico que debe ser manipulado por manos expertas ya que puede hacer daño a terceros».