Las cañas ardieron de forma virulenta en la tardenoche del lunes y provocaron grandes llamas que se podían ver desde diferentes puntos de la ciudad. Numerosos curiosos se acercaron al río. Ayer la imagen eran bien distinta, un manto de cenizas cubría la orilla izquierda. El fuego también afectó a la primera línea de árboles de varios campos de cultivo de la partida del Ràfol.