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Las mujeres reclaman dejar de ser una figura prescindible en el campo

La mayoría de las trabajadoras de la comarca ocupa puestos temporales en cooperativas y almacenes La representación femenina en los órganos de poder es prácticamente testimonial

Dos mujeres ante la maquinaria de calibrado y selección de la cooperativa de Alzira. vicent m. pastor

En pleno siglo XXI nacer hombre implica tener una serie de privilegios sociales de manera inherente. Ser mujer supone, por contraposición, estar varios peldaños por debajo. Pese a que los avances por la igualdad son notables en algunos aspectos, en otros el camino que queda por recorrer es todavía muy largo. Uno de tantos ejemplos sería en la agricultura. «Las mujeres tienen todavía la etiqueta de prescindibles», denunció ayer Regina Campos, presidenta valenciana de la Federación de Mujeres Rurales y concejala de Montserrat, con respecto a la situación de las féminas en el campo.

La crisis agraria de la presente campaña amenaza con no dejar títere con cabeza y «es más fácil prescindir de una mujer que de un hombre», lamentó Campos. El actual panorama laboral, en almacenes y cooperativas, dista de ser el ideal de cara a la obtención de la igualdad entre hombres y mujeres ya que el trabajo de ellas es, en la inmensa mayoría de los casos, temporal y depende de una buena coyuntura. «Este año vemos cómo muchas naranjas se quedan en el árbol cada vez se abandonan más campos. Es cierto que hay pocas mujeres agricultoras, en el sentido de controlar producciones, pero sí que hay una elevada presencia femenina en almacenes o cooperativas que ven como pueden quedarse en la calle porque están de 'temporeras'. Eso no debería ser así, las mujeres tendrían que poder acceder a los mismos puestos que un hombre. Debemos conseguir esa igualdad en los puestos de trabajo», reivindicó la presidenta de la de la Federación de Mujeres Rurales.

Pese al importante peso que tienen las mujeres en el conjunto de trabajadores del sector agrario, éste apenas se ve trasladado a puestos de responsabilidad. Un informe reciente de la Federació de Cooperatives Agro-alimentàries de la Comunitat Valenciana pone de manifiesto que sólo 27 mujeres ostentan la dirección o gerencia de cooperativas agroalimentarias valencianas, lo que supone un 17 % del total de cooperativas en las que existe esta figura. «Las mujeres están trabajando y forman parte de cooperativas, sindicatos agrarios y almacenes, pero su presencia en los órganos de poder es prácticamente testimonial», aseguró Campos, que añadió: «Y cuando forma parte de estos, se ve cohibida o no se pronuncia porque se siente sola. No puede ser que esos lugares haya una mujer por cada treinta hombres».

Dos

Emprendeduría rural

No obstante, Campos destacó motivos para el optimismo: «El mundo rural abarca mucho más que la agricultura. Tiene que ver, también, con aquellas mujeres que, por ejemplo, viven en pueblos pequeños. Aunque el mundo rural apenas ha cambiado y continúa siendo muy masculino, cada vez hay más mujeres movilizándose porque son capaces de detectar los problemas que existen y actuar en consecuencia».

«En la actualidad existe un gran movimiento de emprendeduría rural encabezado por mujeres. Personas que son capaces de ofrecer productos transformados y con un valor añadido. Desde las que hacen mermeladas hasta las que se dedican a la decoración, la artesanía o al turismo rural, un sector donde la mujer tiene mucho peso», concluyó Campos.

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