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Igualdad

"El gran reto del feminismo es acabar con la mercantilización del cuerpo"

La experta en violencia machista Anna Oliver lamenta que la extrema derecha "juegue a generar confusión" - "No existe la cantidad de denuncias falsas que nos quieren hacer creer", puntualiza

"El gran reto del feminismo es acabar con la mercantilización del cuerpo"

Las calles se han vuelto a teñir de morado. Un 8 de marzo más que ya se suma a los anales de una lucha que ha conquistado el siglo XXI y cuya finalidad persigue implantar la igualdad. Miles de mujeres y hombres de todo el país han vuelto a ocupar las principales vías urbanas de pueblos y ciudades en motivo del Día Internacional de la Mujer. La latente cuestión feminista ha generado en los últimos tiempos un gran debate social, atestado de polémicas pero también de acercamientos.

Anna Oliver Borràs (Carcaixent, 1972) es una experta en este ámbito. Con una larga trayectoria a sus espaldas dedicada al sector de la abogacía, Oliver ha forjado un tenaz activismo cultural y político desde su adolescencia. En la actualidad, forma parte del ejecutivo de Acció Cultural del País Valencià y ha sido durante años la encargada del Casal Jaume I - Grup Arrels de Carcaixent. Es miembro fundadora de la Associació de Dones Juristes d'Alzira (AJUDA) y es presidenta del colectivo Sòriques.

Asiduamente imparte charlas y talleres en institutos de secundaria de la comarca con el fin de fomentar la igualdad y luchar contra la violencia machista. Es autora del libro «Parlem d'amor? Tu tries», publicado por Edicions 96, y en el que presenta una historia de maltrato explicada de una forma muy didáctica. Partidos y líderes de la extrema derecha han vertido en los últimos meses toda una serie de afirmaciones falsas con el objetivo de desacreditar al movimiento feminista. «La extrema derecha juega a generar confusión», constata Oliver, y lanza una crítica hacia los medios de comunicación «que les permiten tener altavoz, a pesar de que se trata de un partido extraparlamentario». No obstante, esta «confusión» vertida por los partidos ultras «no existe a nivel judicial». «La ley dice claramente qué es 'violencia de género': una agresión dentro de una pareja heterosexual de un hombre hacia una mujer. En cambio, 'violencia doméstica' es una agresión que puede suceder entre miembros de una familia dentro del domicilio», explica Oliver.

«Y todo está castigado con la misma pena. Lo que pasa es que prevalecen los asesinatos a mujeres, con cifras mucho más elevadas». Una lacra cuya certidumbre más clara la encontramos en las decenas de listas de nombres de mujeres asesinadas a manos de hombres cada año. Desde enero hasta hoy, según los datos que aporta el Ministerio de Igualdad, han sido 9, las mujeres asesinadas por la violencia machista.

El mito de las denuncias falsas

«Denuncias falsas y exageraciones existen en todos los delitos, pero lo que no se puede decir es que sea una denuncia falsa algo que no se ha podido probar, es decir, que se ha absuelto al denunciado o al acusado por falta de pruebas. Es diferente», apunta la abogada y jurista, e insiste: «Pero es que, además, las denuncias falsas se persiguen. Las cifras oficiales vienen a indicar que no existen tal cantidad de denuncias falsas que nos quieren hacer creer». Los datos que aporta el Consejo General del Poder Judicial apunta que las denuncias falsas por violencia de género se sitúan en un 0'00078%.

«Creo que hay que trabajar más las 'nuevas masculinidades', es evidente que aún hay muchas reticencias», reconoce Oliver. «Pero el gran reto del feminismo es acabar con la mercantilización del cuerpo de las mujeres: los úteros de alquiler, la prostitución? Y nos quieren hacer pensar que eso lo haces desde la libertad, cuando en realidad las mujeres que se ven obligadas a hacerlo, lo hacen desde la explotación», señala la experta. «Ese es el gran reto del feminismo: intentar convencer a la sociedad de que eso es inaceptable».

«Feminismo es igualdad»

El Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española determina al feminismo como el «principio de igualdad de derechos de la mujer y el hombre» y en la segunda acepción lo sitúa como «el movimiento que lucha por la realización efectiva en todos los órdenes» del mismo. «Lo que busca es la mejora de las mujeres para conseguir la igualdad, no es para quitar ningún derecho a los hombres», apostilla Oliver en la definición, y admite: «como que el feminismo lo que quiere es eliminar los privilegios de una parte de la sociedad, nadie está dispuesto a renunciar a ellos».

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