El robo de las tapas metálicas que protegen los pozos de registro del alcantarillado y los imbornales del sector Vilella de Alzira, donde se encuentra la estructura inacabada del frustrado centro comercial, y la desaparición de sucesivos tramos de la valla perimetral han convertido esta parcela de suelo urbano en una zona de riesgo. Los servicios municipales han tapado los huecos que, a modo de trampas, se abrían en la vía pública y, paralelamente, ha emplazado a la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb) para que en el plazo de un mes, como titular de la finca, proceda a sellar los registros a cielo abierto existentes en la parcela y a levantar un cerramiento que impida el acceso a la misma.

El requerimiento aprobado esta semana por la junta de gobierno incluye la advertencia de que, en caso de no hacerlo, el ayuntamiento ejecutará los trabajos de forma subsidiaria y pasará la factura a la Sareb. Una primera estimación de las obras necesarias para garantizar la seguridad eleva su importe a casi 90.000 euros. «No queremos tener en Alzira ningún caso Julen», señaló ayer el concejal de Gestión Urbanística, Fernando Pascual, en referencia al niño que falleció tras caer a un pozo en Totalán (Málaga).

Si bien la profundidad de los pozos de registro no es comparable, el inspector municipal ha alertado de que la sustracción de las tapas implica un peligro «para personas y vehículos» dado que el vallado de la parcela se encuentra «muy deteriorado en diversos tramos» e incluso ha desaparecido en otros, «lo que permite el acceso al interior». «Hay una situación de peligro y desde el departamento de Gestión Urbanística vamos a ser muy exigentes con la Sareb», incidió el edil.

Fuentes de la Sareb defendieron ayer que los gestores de activos habían detectado la sustracción, han presentado la correspondiente denuncia y señalaron que en estos momentos se estaban valorando las medidas que se podían adoptar para asegurar la zona . «Una vez se analice se tomarán todas las medidas de protección que sean necesarias como hemos hecho siempre», incidieron las mismas fuentes. Con todo, señalaron que el servicio de seguridad está realizando una ronda diaria de vigilancia por la zona.

La estructura de hormigón y la parcela que ocupa en Vilella, justo al lado del barranco de la Casella, es uno de los activos tóxicos que Bankia transfirió a la Sareb después de haber cerrado un acuerdo de compraventa con la empresa promotora del centro comercial por el que se quedaba el inmueble a cambio de la deuda en una operación próxima a los 46 millones de euros. La operación se cerró en junio de 2009 y con posterioridad Bankia desmontaba la estructura metálica sobre la que debía apoyar la cubierta para evitar posibles riesgos.

Patinaje entre pilares

El Ayuntamiento de Alzira ya se dirigió a la Sareb en 2016 después de que el concejal José Luis Ruiz (Cs) alertara de que grupos de jóvenes y niños aprovechaban la soledad de la estructura de hormigón para reunirse al objeto de hacer botellón e incluso patinar entre los pilares. La entidad ya había presupuestado entonces la reposición de la valla.

La nueva resolución municipal por la que se le requiere para que «de manera inmediata» adopte las medidas necesarias «para evitar eventuales daños físicos como consecuencia del estado del inmueble» se produce después de que una llamada telefónica alertara a la Policía Local de que en un lateral de la parcela había dos agujeros de desagüe de grandes dimensiones sin tapar con el consiguiente riesgo. El inspector municipal se personó en Vilella y confirmó la situación de riesgo, por l0 que planteó la necesidad de reponer y consolidar de forma urgente todo el vallado perimetral de la finca y de sellar «cualquier registro a cielo abierto que se encuentre ubicado en el interior de la parcela o de la estructura de las obras».

Por otra parte, Fernando Pascual anunció que el ayuntamiento ha decidido cerrar con bloques de hormigón una franja de unos 500 metros para evitar que se sigan tirando escombros en esta parcela «que se está convirtiendo en un vertedero incontrolado al haber desaparecido la valla exterior», indicó el edil.

La estructura de hormigón está a la venta y la Sareb no tiene en estos momentos sobre la mesa ningún plan de actuación en la misma.