La cómica alfarbina Carol Tomás se disculpó ayer en sus redes sociales por el polémico montaje fotográfico que dejaba a la fallera mayor de Alzira en bragas. Tomás colaboró en el programa «Assumptes Interns» realizando una pequeña sección sobre posibles inventos que facilitasen el día a día de las representantes josefinas, entre los que se encontraba la «faldera», un dispositivo que alza la falda y permite a la fallera ir al baño de una manera más cómoda. Tras una larga reflexión sobre los límites del humor, concluyó con el siguiente mensaje: «Mis máximos respetos a Alzira y a la fallera mayor de Alzira, con la que quiero disculparme si se ha sentido ofendida».

«En la sección de ‘las Trinis’, que yo realicé ese día sustituyendo a mi querida Gemma, y al hilo del invento que ha salido (un ‘coixinet’) para que las falleras reposen la cabeza, ‘las Trinis’ le propusieron a Marina «Civera otros ‘inventos’ descabellados. Entre ellos estuvo uno que, con un botón, subías de golpe todas las faldas y podías hacer ‘pipi’ mas rápida», explicó la cómica en su mensaje, a lo que añadió: «Esta ‘tontería’ venía acompañada por un montaje de una fallera a la que se le subía la falda y se veía una parte inferior, que por supuesto no eran ni sus piernas, ni sus bragas. Se veía claramente que era un montaje. La foto fue tomada aleatoriamente y resultó ser la fallera mayor de Alzira».

«Estado de odio y crispación»

Dicha explicación fue la que recibió la Junta Local Fallera de Alzira tras desatarse la polémica, aunque no resultó convincente ya que una búsqueda de imágenes en Google con los términos «fallera major» da como resultado un gran número de fotografías de representantes de la ciudad de València, aunque no se escogió ninguna de esas.

Con todo, Tomás aseguraba estar sorprendida por el revuelo generado y aseguraba que ha recibido varios ataques en sus redes sociales: «Cuál ha sido nuestra sorpresa, al ver que la Junta Local Fallera de Alzira se ha tomado este gag como algo personal y un ataque hacia la persona de la fallera mayor de su población... Con comunicados, demandas y comentarios en redes sociales, algunos comentando que la fallera no quiere salir de su casa por vergüenza o que hemos truncado su sueño de ser fallera mayor. Otros llegan a incitar al odio y a boicotear una actuación que tenía yo el 6 de abril, en esa misma localidad».

La cómica alfarbina realizaba, a continuación, una profunda reflexión sobre la línea que separa el humor y la ofensa personal: «Los limites del humor están en: ¿Me hace gracia todo mientras no me toque a mí? Precisamente el mundo fallero y los monumentos no son una buena muestra del humor que tenemos en València. El bien llamado ‘enginy i gràcia’. ¿O eso sólo es del mundo fallero hacia fuera y al revés no vale? ¿En serio en nuestra ciudad estamos llegando a estos términos de ofensa?, ¿qué nos está pasando?, ¿de verdad un pueblo tan rico culturalmente y tan fallero como es mi querida Alzira se para a ver ofensa o mal intención en tal inocente gag?», se cuestionaba Tomás. «De verdad, se nos va de las manos esto de ofendernos por todo, de estar en un permanente estado de odio y crispación», añadió.