El ambiente fallero crece en Alzira a pasos agigantados. La «masceltà» de ayer fue la más multitudinaria hasta la fecha. Bien porque fuera viernes o bien porque se acercan los días grandes de la fiesta por antonomasia de los valencianos, los alrededores de la plaza del Reino presentaron una imagen barroca donde las haya, con miles de personas que no quisieron perderse el disparo pirotécnico.
A escasos minutos de que dieran las 14,00 horas, el gentío ocupaba prácticamente toda la avenida de la Hispanidad, desde la plaza hasta prácticamente los Casilicios. El palco de autoridades contó con el conseller de Hacienda, Vicent Soler, y varios alcaldes de la comarca (Villanueva de Castellón, Benimodo, Albalat y Polinyà), así como representantes de las comisiones y de la Junta Local Fallera de Carcaixent, con su presidente, José Vicente Gascó, a la cabeza.
A la hora de la verdad, la pirotecnia Coeters Dragón, de Villena, hizo disfrutar al respetable con más de 60 kilos de pólvora. «Al inicio no podía fallar una traca valenciana, que en nuestra casa es imprescindible. Es casi un protocolo empezar un disparo así, sin traca valenciana da la sensación de que no estás realizando una 'mascletà' de aquí», explicó José María Enríquez una vez acabado el espectáculo. Con todo, aseguró que su disparo buscaba explotar los beneficios del recuperado fuego aéreo, pero sin romper de todo con las «mascletaes» de los últimos años. «Hemos estado tres años disparando sin aéreo y por eso quería hacer una 'mascletà' de transición. No hemos querido prescindir del bloque y el aéreo ha sido un acompañamiento, aunque hemos tenido un buen final aéreo y un gran terremoto», explicó.
Precisamente, el ensordecedor terremoto agradó al público, que lleno de emoción, regaló a los pirotécnicos una nada desdeñable ovación.
