La investigación está abierta y será la que determina las causas de la repentina muerte de más de un centenar de peces en el río Magro a su paso por l'Alcúdia. De entre las hipótesis que se barajan, cobra fuerza la posibilidad de que un vertido sea el responsable de lo ocurrido. No obstante, todavía no puede descartarse que se deba a un problema derivado de la falta de caudal y una reducida oxigenación del agua. Tanto la depuradora de Carlet como la de una empresa cercana aseguran que sus vertidos han sido normales y no han encontrado ninguna anomalía en su actividad que justifique la mortandad de peces.
La Confederación Hidrográfica del Júcar abrió la pertinente investigación tras el aviso realizado por el Ayuntamiento de l'Alcúdia. Precisamente, el consistorio ya ha encargado una analítica del agua del río para conocer su estado y poder averiguar si existen niveles elevados de alguna sustancia que pudiera ser peligrosa para el ecosistema acuático del Magro.
El hallazgo, a principios de semana, reveló más de un centenar de peces muertos en un tramo que fácilmente supera los 250 metros. Y ahora se trata de averiguar la causa. «A ciencia cierta no podemos saberlo todavía, pero he comprobado que, unos metros más adelante, al otro lado del puente, hay una zona en la que también hay agua y está todo normal», explicó ayer el concejal de Medio Ambiente de l'Alcúdia, Paco Sanz, que añadió: «Eso hace pensar que, efectivamente, el motivo sea un vertido y que no haya afectado río abajo porque hay una zona en la hay piedras y éstas han podido actuar de filtro».
Ayer, el edil estuvo en contacto con los responsables de la depuradora de Carlet y de una empresa agrícola que habitualmente realizan vertidos al río. Tanto una como la otra le confirmaron que sus procesos habían funcionado «con normalidad». Hecho que, no obstante, no descarta dicha posibilidad.
«Espacio muy cuidado»
Además de realizar una analítica de agua, en las últimas horas el ayuntamiento alcudiano ha solicitado la colaboración de diferentes autoridades para averiguar la causa de la muerte de decenas de peces en el río. Por un lado, la Confederación Hidrográfica del Júcar ya está al tanto de lo ocurrido. Asimismo, el consistorio ha estado en contacto con la conselleria de Medio Ambiente, «he sugerido que un veterinario forense de la Generalitat realice los estudios necesarios para conocer más detalles», subrayó Sanz. También se ha puesto en conocimiento del Seprona.
En la mañana de ayer, el edil visitó de nuevo la zona y lo hizo con los guardas fluviales y ya en primera instancia barajaban la posibilidad de retirar los animales muertos del río, algo que se realizará en breve. Se dio orden a un grupo de operarios para que, haciendo uso de barcas, saquen del agua los peces.
Además de edil, Sanz es un reconocido ecologista y ferviente defensor del valor medioambiental de los ríos. No es de extrañar que se mostrara apenado tras lo ocurrido: «Estas cosas siempre nos entristecen. Muchas localidades han vivido siempre de espaldas a sus ríos, pero nosotros llevamos mucho tiempo trabajando para mejorar el nuestro. Es un espacio que tenemos muy cuidado y en el que realizamos constantes inversiones, tanto para su recuperación fluvial como para su puesta en valor como zona de ocio».
