«No seguir con los trabajos de restauración de la cantera iría en el detrimento de los vecinos de Corbera y del medio ambiente. Sería un peligro dejarla tal y como está, además de una irresponsabilidad y una ilegalidad». Es la respuesta que ofrece el responsable de la empresa Canteras y Áridos Llaurí, Ximo Magalló, a aquellos que, de manera reiterada, piden el cierre inmediato de la explotación minera. Las últimas exigencias se produjeron hace dos días, tras las denuncias vecinales de una voladura que, según su versión, no debería haber ocurrido ya que la mercantil carece de licencia de actividad tras las repetidas negativas del consistorio. Por su parte, Magalló aseguró ayer a Levante-EMV que cerrará la cantera «si lo dicta un juez o cuando finalice la explotación».
El miércoles algunos vecinos se quejaron porque, según su versión, notaron un fuerte temblor ocasionado por una explosión en la cantera. Magalló, por su parte, defendió su actividad: «Realizamos voladuras porque lo tenemos todo legal, así ha sido durante prácticamente cuarenta años de cantera y no tiene porqué dejar de serlo en este último año sólo porque haya elecciones. No tengo licencia de actividad porque el alcalde no quiere dármela. Me negué a aceptar el aval de 600.000 euros que me reclamaban para finalizarla este mes de marzo porque era imposible y porque el calendario electoral no puede marcar el ritmo de la cantera. Desde entonces todo esto es una guerra innecesaria». Asimismo, manifestó que los efectos fueron imperceptibles para la población: «Tenemos un sismógrafo que se monta cada vez que se va a realizar una voladura y ni siquiera se activó. Hablamos con gente del pueblo y nadie nos dijo nada. Los únicos que pudieron notar algo son los que viven en zonas rústicas, de manera ilegal, y construyeron sus viviendas incluso después de que estuviera la cantera, a apenas 200 metros».
«La cueva está protegida»
De hecho, la legalidad juega un papel importante en un conflicto que ha llegado a la vía judicial por distintos cauces, aunque todavía no hay un fallo sobre las causas. «La justicia no se ha pronunciado al respecto y si lo hace, acataremos la decisión, aunque luego peleemos por nuestros derechos. Si un juez me dice que cierre la cantera, lo haré. Pero lo cierto es que, en estos momentos, no hay razón legal ni urbanística que impida que se nos otorguen licencias y, por tanto, que sigamos trabajando. Además, la única causa contra mi persona fue archivada mientras que el alcalde está imputado», arguyó Magalló. Asimismo, recordó que, incluso si un juzgado obliga su cierre, debe concluir sus trabajos de restauración.
Asimismo, aseguró no comprender las críticas recibidas por parte de los colectivos ecologistas. «Buena parte de la montaña está ya restaurada, somos un ejemplo para muchos. De hecho, si alguien encuentra una cantera ya restaurada mejor que las nuestras, se la regalo al ayuntamiento. Además, algunos nos acusan de haber destrozado un cueva, que en estos momentos está protegida contra derrumbes y su nivel freático está más alto que nunca», alegó el responsable de la empresa.
La mercantil realizará en las próximas jornadas abiertas para dar a conocer su trabajo. «Invitamos al pueblo a que venga, queremos destapar la historia negra que se está montando».
