Hace tiempo que la escalada continua en los precios del alquiler se ha convertido en el próximo gran desafío de la economía española. De momento sigue donde siempre, un agujero en el horizonte, pero sus consecuencias ya se notan en las economías familiares. Esta inflación generalizada se da con más virulencia en las grandes ciudades, con València y Alicante a la cabeza en el caso de la Comunitat Valenciana. No obstante, la tendencia urbana empieza a encontrar su eco en entornos con menos habitantes. Las localidades más grandes de la Ribera, así, ya observan cómo el coste de la vida arrendada aumenta a paso constante, a pesar de que se trata de una opción de vivienda menos arraigada que en las grandes ciudades. Con todo, las mensualidades aún se encuentran por debajo de la media valenciana.

Entrando a desgranar los datos, según las estadísticas combinadas de los portales de Internet para el alquiler entre particulares, el precio medio de alquiler de piso se sitúa en 482 euros al mes en Alzira y en 448 euros al mes en Sueca. Dos cifras lejos de los 600 euros que marca la media en la Comunitat Valenciana, arrastrada por la inercia alcista de València y Alicante —que además cuentan con un parque de viviendas en arrendamiento muy superior al del resto de localidades, por lo que su peso estadístico es considerablemente mayor—. Los alquileres en València marcaban a finales de 2018 un precio medio de 753 euros, mientras que en Alicante ascendían a 625,4 euros.

No obstante, si se observan los términos porcentuales, el aumento interanual es superior en el caso de las localidades más pequeñas, debido en gran medida a que se parte de un precio inicial menor. Según los datos del informe de situación del mercado de Asicval (Asociación de Inmobiliarias de la comunitat Valenciana), en la capital de la Comunitat Valenciana se ha vivido en el último año un incremento del 8,07 % en el precio del alquiler; en Alicante, mientras tanto, el precio mensual ha experimentado un aumento de 7,55 puntos porcentuales. En la Ribera, las inmobiliarias locales estiman un incremento interanual del 10 % sobre el precio absoluto; el precio por metro cuadrado en la Ribera Alta ha subido de 3,36 euros en marzo de 2018 a 4,01 euros este año, atendiendo a la información del portal Habitaclia; esto es, un incremento del 19 %.

Por ciudades, el precio por metro cuadrado en València y Alicante se sitúa en 7,5 y 6,5 euros, con subidas del 7,14 y del 14 %, respectivamente. Alzira, que en 2016 registraba un precio medio por metro cuadrado de 3,6 euros según el informe observatorio de vivienda y suelo efectuado por el Ministerio de Fomento —lo que le situaba entre las ciudades de más de 25.000 habitantes con el suelo en alquiler más barato—, ha pasado a valorar a 4,19 euros el metro cuadrado en alquiler. Sueca, por su parte, se sitúa en 3,82 euros por metro cuadrado.

A futuro, los sueldos como techo

Con todo, el incremento en los precios del alquiler encontraría en el futuro un tope: los ingresos familiares. Un condicionante que, según valoran desde la inmobiliaria Alzicasa, ya está frenando la burbuja en la comarca. A diferencia de las grandes ciudades, la costumbre en las localidades de menos habitantes es comprar la vivienda, no alquilarla; a esta opción recurren aquellas unidades familiares con menos ingresos. «Hemos visto que la demanda viene subiendo en los últimos años, pero el precio no ha subido en consonancia. A futuro, esperamos encontrar un techo en alrededor de 450 o 500 euros a partir del cual el precio no va a subir», estimaron responsables de Alzicasa.