El PSPV se ha quedado sin candidatura municipal en Catadau. La expulsión del exalcalde Manolo Bono va a dejar a los socialistas sin representación política en el municipio justo en un momento en que se necesita rebañar todos los votos para mantener el control de la Diputació de València. Bono fue apartado de militancia el sábado por suscribir en 2017, cuando presidía el consistorio local, un escrito de apoyo a la familia de un condenado por violencia machista que reclamaba que se redujera la orden de alejamiento para poder recibir en la casa familiar a su hijo durante los permisos penitenciarios de fin de semana. Hasta ahora ya ha disfrutado dos. La víctima vive ahora en Llombai.

El agresor fue condenado a nueve años por apuñalar en 16 ocasiones a su entonces esposa ante una hija del matrimonio que entonces tenía 4 años. Luego la pena se redujo a 7,6 años. Las dos menores siguen en tratamiento psicológico. La protesta de colectivos feministas ante Ximo Puig durante el acto de inicio de la campaña electoral desencadenó la reacción de la cúpula dirigente del PSPV, que citó a Bono para exigirle la dimisión. Al negarse, fue expulsado. Sin embargo, los integrantes de la lista electoral y la agrupación socialista de Catadau han respaldado a su líder local y ya han montado una candidatura independiente alternativa.

«Claro que condeno el ataque»

Bono ultimará hoy los trámites para concurrir a las elecciones municipales bajo la marca 'Independents per Catadau'. «El pasado lunes, cuando me reuní con 60 ó 70 militantes y simpatizantes para dar cuenta de lo ocurrido, les pedí que mantuvieran su voto al PSOE en las elecciones nacionales y autonómicas y hoy lo reitero», asevera el candidato, que apela a su historial como sindicalista agrícola para probar que siempre ha defendido las «justas reivindicaciones de las mujeres» . El edil alega que la carta municipal que suscribió pretendía ayudar a los padres del reo «y se limitó a señalar que la conducta del agresor y de su familia había sido ejemplar hasta que se produjo el apuñalamiento, un ataque injustificado que, por supuesto, siempre hemos condenado».