Según dicha estadística, en las elecciones de 2015, el censo registraba 233.740 vecinos mayores nacidos o empadronados en localidades de la comarca y que, al ser mayores de edad, tenían derecho a voto. La cifra ha bajado en los últimos años un 0,3 %. No es de extrañar si se tienen en cuenta las proyecciones demográficas que ponen de manifiesto una preocupante ausencia de relevo generacional. Si la tendencia va encaminada hacia el envejecimiento y la despoblación porque la cifra de defunciones supera a la de nacimientos, lo lógico es que el censo también se reduzca.
No obstante, dentro de los movimientos de población en la comarca, las cifras sobre vecinos censados ponen de manifiesto una realidad: cada vez hay más ribereños fuera de las fronteras españolas. Los registros del Instituto Nacional de Estadística también contemplan un apartado con datos sobre las personas que pueden ejercer su derecho a voto desde países extranjeros. Es cierto que el dato parece irrelevante a simple vista, ya que son apenas 6.752 personas (un 2,98 % del censo total), pero pone de manifiesto una clara tendencia de la población a marcharse lejos de su hogar, donde posiblemente encuentren opciones laborales más atractivas.
Por localidades
Pese a que la cifra global de votantes apenas ha variado en los últimos cuatro años, hay localidades en los que la oscilación es digna de mención, bien porque tuvieran una elevada natalidad en hace dos décadas o bien porque hayan recibido nuevos vecinos adultos. Es el caso de Montserrat, localidad en la que el censo ha crecido un 8,1 % en cuatro años, el dato más destacado de la comarca. Si en las elecciones de 2015 disponía de 5.036 personas con derecho a voto, en la actualidad la cifra es de 5.417. El segundo municipio con un mayor crecimiento es Favara, donde ahora hay un 5,7 % más de electores de los existentes hace cuatro años (se pasa de 1.877 a 1.951). Les sigue la pequeña localidad de Sant Joanet, que cuenta con un 3,7% más de votantes (pasa de 390 a 405).
En el otro lado de la balanza Gavarda (-5,8 %), Càrcer (-4,8 %) y Sumacàrcer (-4,1 %) son las localidades que sufren una mayor sangría de electores. Cabe recordar que, precisamente, estos municipios son los que lideran el proceso de despoblación que sufre la comarca, como ya ha informado este diario en otras ocasiones.
