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El temporal de lluvias alivia el campo y asegura reservas de riego para todo el verano

Campos anegados en la zona baja de la Ribera Baixa que coincide con la Valldigna. ava-asaja

«Ha sido positivo en todos los aspectos». El representante del sindicato AVA-Asaja en la Ribera Bernardo Ferrer lo tiene claro. El temporal de lluvias de los últimos días ha resultado «una auténtica bendición» para el campo y si en otras comarcas ha causado daños en infraestructuras o ha perjudicado a algunos cultivos como el níspero, en la zona ribereña «ha sido totalmente positivo». Sobre todo por tres ejes: Ha permitido aumentar las reservas hídricas, posibilitará el ahorro económico entre los agricultores y da un empujón muy importante en un momento clave en la maduración de los cultivos.

«Los daños que se han producido en algunas infraestructuras, con la afectación en algunos caminos y la caída de algún muro, se pueden enclavar en la normalidad pero a pesar de ello, todo ha resultado muy positivo. Nadie hubiera dicho que iba a caer una lluvia tan positiva en estas fechas, viendo la época de sequía que se está prologando ya varios años. Las montañas son como una esponja y durante los próximos meses alimentarán a los acuíferos. Además, las lluvias han acaecido en una amplia zona, por lo que los términos municipales que se han beneficiado han sido prácticamente los de toda la comarca», adujo ayer Ferrer.

El especialista agrícola descartó que el agua acumulada durante varios días pueda ocasionar un problema de hongos. «Podría darse pero es muy raro e improbable en los próximos días porque por la noche y por la mañana todavía está refrescando mucho y eso hace que el agua no se caliente y provoque la aparición de los hongos. No es lo mismo que si esta lluvia abundante hubiese pasado en septiembre. Además, en la producción de los caquis se estaba procediendo ahora a la aplicación de un tratamiento preventivo por lo que los árboles están protegidos», arguyó el sindicalista agrario.

Evita la deshidratación

Según Ferrer el agua caída ha resultado suficiente como para adentrarse en la raíz, donde el árbol guarda sus reservas para los próximos meses, por lo que se espera que este año el cultivo de la naranja no se vea afectado por la deshidratación que sí se ha sufrido en anteriores temporadas por la falta de recursos hídricos como consecuencia de la sequía, lo que provocaba la caída de la flor. El temporal da un empujón ahora en el momento de la floración.

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