La presencia de dos enjambres en el entorno de la Plaça d'Alacant de Alzira, uno en la tienda de una gasolinera y el otro en el balcón de un primer piso, alertó el miércoles a los vecinos y la Policía Local recurrió a un apicultor para retirar las abejas. «Pueden picar, pero cuando hay un enjambre es cuando más inofensivas son las abejas. Como no tienen colmena no tienen nada que proteger y son más mansas», relató ayer Bernat Serra, el apicultor que se hizo cargo de los insectos.

Serra comentó que la época de reproducción de las abejas coincide con la floración de los naranjos y que, en ocasiones, la falta de espacio en un colmena propicia que una abeja reina la abandone y, tras ella, un grupo más o menos numeroso de abejas que busca otro lugar en el que instalarse. «Es lo que sucedió el miércoles», apostilló, mientras apuntaba que el tamaño de uno de los enjambres retirados era importante. «Estaba bien», resumió.

El apicultor alcireño comentó que es raro que un enjambre llegue al núcleo urbano -«es más fácil que busquen un tronco o zonas de piedras y son muy habituales en los cementerios»-, aunque tampoco es excepcional. Con todo, recordó que el año pasado hubo «muchos más enjambres» de los que se han podido ver en el presente. «Este año no está siendo bueno porque la primavera está muy alterada y no se han dado las condiciones óptimas para que se formen», comentó, al tiempo que apuntaba que «con el calor las abejas se enjambran más».

Bernat Serra recordó que la abeja es una especie protegida y que en caso de detectar un enjambre se debe comunicar a la Policía Local para que gestione la retirada de forma respetuosa. «Si no llevas el traje adecuado no hay que tocarlas», recomendó.

Serra utiliza en estas ocasiones cuadros de colmena ya gastados que se convierten en un atrayente para las abejas. En este sentido, recordó que los enjambres tienden a ocupar viejas colmenas o espacios en que tengan ya una parte del trabajo hecho, por lo que «cuando huelen la colmena entran». Explicó que, dada la dificultad de localizar a la abeja reina, su trabajo consiste en dejar la colmena junto al enjambre y cepillar de forma suave para empujar a las abejas hacia ella. «En esta ocasión fue fácil, pero a veces se meten en una pared, hay que picar y resulta más complicado». Si el enjambre queda en un lugar inaccesible también se recurre a los bomberos.