No se entiende Alzira sin el Xúquer, tanto en términos identitarios como históricos. Su influencia en la historia local ha sido absoluta pero ha permanecido durante décadas, tras anularse el meandro que redondeaba la isla fluvial, alejado de la vida local. Los últimos gobiernos locales han hecho esfuerzos para «aproximarlo» a la ciudad. Hoy ya se concibe como un espacio de ocio integrado en la trama urbana. A ese objetivo ha ido encaminadas la política del actual tripartito. Y el trabajo ya empieza a dar sus primeros frutos con la consolidación del paseo fluvial en el lecho del Xúquer, y próximamente con la apertura del mirador y el embarcadero de piragüas situado junto a la pista de atletismo del polideportivo Jorge Martínez Aspar.

Con todo, la plena integración del cauce en la ciudad no acabará con estas tres infraestructuras. Se trata de un proyecto a largo plazo, con varias fases y sus propios tiempos. En este sentido, como pilar básico sobre el que edificar el cambio, los planes se centran ahora en la eliminación del cañar invasivo que copa la práctica totalidad del lecho, para sustituirlo poco a poco por zonas verdes con bosque de ribera. La fase de trabajo actual, realizada con la colaboración de varias administraciones con la Confederación Hidrográfica del Júcar y el Ayuntamiento de Alzira a la cabeza, está actuando sobre el tramo del río situado entre el Pont de Ferro y el puente de la CV-43, popularmente conocido como Pont Groc. Según explicó ayer Pep Carreres, regidor de Medi Ambient del consistorio alcireño, se están llevando a cabo dos métodos distintos: la tala y asfixia de la caña mediante la colocación de material plástico biodegradable, y el arrancado del rizoma con maquinaria pesada, más efectiva pero sin posibilidad de aplicarla en las zonas de más difícil acceso. Las actuaciones avanzan a medida que se cuenta con el presupuesto suficiente, por lo que no hay fechas marcadas para su finalización; Carreres tampoco quiso realizar ninguna previsión. El año pasado, se completaron los trabajos para hacer accesibles el camino al Ràfol y se recuperó el Arenal.

El plan para acondicionar el mirador del Parque Fluvial, por su parte, se encuentra en plena ejecución. Las obras empezaron el mes de octubre del año pasado, con la limpieza de la zona. Con el suelo del mirador ya concluido, queda vallar la zona e instalar el mobiliario urbano típico de las zonas de ocio en la naturaleza. El proyecto de arbolado de la zona, además, incrementará la presencia de especies del bosque de ribera en la zona. La intención es introducir especies nuevas, como chopos, que en ningún caso pondrían en peligro las especies autóctonas.

Apertura del parque de piraguas

Respecto al pequeño puerto situado junto al campo de rugby y atletismo del polideportivo, los responsables municipales se encuentran trabajando para que «antes del verano», según los pronósticos de Carreres, el puerto de piraguas realice «un primer desembarco» en el área con la apertura y la botadura de algunas embarcaciones destinadas a la ciudadanía. «Aunque en primer lugar hay que obtener el permiso de la Confederación Hidrográfica», advirtió Carreres.

Este verano serviría de periodo de prueba para calibrar cómo cala la iniciativa entre los vecinos y comprobar si basta con los recursos del consistorio —que ya cuenta con piraguas— o si es necesario ampliar la oferta. Más adelante, la apuesta es poner en marcha una escuela de piragüismo.