La riqueza patrimonial de Cullera ha crecido recientemente gracuas a la reciente incorporación al catálogo de su museo arqueológico de un florín de oro datado del año 1346. Se trata de uno de los ejemplares más raros y únicos por su acuñación, realizada por Pedro IV de Aragón.

La pieza, adquirida recientemente en un anticuario, será presentada esta mañana en el Castillo de Cullera con una teatralización que tendrá al monarca y a sus cortesanos como protagonistas. Habrá dos pases matutinos, uno a las 10 y otro a las 11:30 horas.

La moneda es de oro de 24 quilates, tiene un diámetro de 21 milímetros y un peso de 3,42 gramos. En su anverso puede observarse la flor de lis, emblema de Florencia con la leyenda «Florentia». En su reverso se encuentra San Juan Bautista con un báculo en actitud de bendecir y la inscripción «Arago Rex» junto con la marca de la ceca donde se acuñó.

Hasta la fecha, la colección numismática del museo arqueológico cullerense está formada en su mayoría por ejemplares de la época romana y, en menor medida, de la época medieval. En ese sentido, cabe recordar que son muchos los hallazgos submarinos que en los últimos años se han extraído del litoral cullerense. Entre ellos se encuentran tanto ánforas como anclas e incluso alguna espada romana. Elementos que, al igual que el recientemente adquirido florín dorado, sirven para conformar el rico patrimonio con el que cuenta la localidad ribereña.

Sin embargo, no es la primera vez que Cullera tiene en sus manos un florín de oro. Hasta 2011 hubo uno expuesto en el museo, encontrado en una excavación, pero fue sustraído durante un robo en el castillo.

Divisa de referencia en Europa

Sobre el florín, hay que destacar que fue la moneda de referencia en Europa del siglo XIII al XV. A partir del siglo XIV empezó a ser acuñada en Alemania, Inglaterra, Francia, Países Bajos, Suecia, Polonia, Rusia y España.

Durante su primera emisión, el florín era de 24 quilates, como el ejemplar adquirido por Cullera, pero con el paso de los años su valor fue disminuyendo, pasó primero a ser de 18 quilates para finalmente ser de 16.

El Florín de Aragón fue una moneda introducida para solucionar los problemas relacionados con las grandes cantidades de dinero que manejaba la corona.

Además del florín, hubo acuñaciones de medio y de un cuarto de florín.