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Rutas

Escalonar las visitas a la Murta no implicará restricciones si se mantiene la actual afluencia

El consejo asesor del paraje natural cifra en 1.600 la teórica capacidad máxima mientras que el mayor pico de este año es de 1.200 personas

Un grupo de personas en la entrada de la Murta, en una imagen reciente. vicent m. pastor

El paraje natural alcireño por excelencia está en boca de todos tras la propuesta de escalonar las visitas lanzada por el Consell de Participació del Paratge Natural Municipal Murta-Casella, que aparece en el primer Plan de Ordenación del Uso Público y que busca preservar su valor natural. Pese a que para algunos sectores de la sociedad la iniciativa se observa como un acto prácticamente prohibitivo que impediría la entrada de muchas personas en el paraje. No obstante, según las estimaciones que baraja el consejo asesor, ésto no sucedería ya que ni siquiera así se superaría el dato de mayor afluencia registrado, que este año es de unos 1.200 visitas.

El Consell de Participació del Paratge Natural Municipal Murta-Casella propone escalonar las visitas para facilitar la gestión del paraje y cifra en 400 personas para la Murta y 550 para la Casella las afluencias máximas recomendables. Éstas se realizarían en turnos de 2 horas y media. «Suponiendo una actividad continuada durante 10 horas, se llegaría a una capacidad de 1.600 y 2.200 personas, respectivamente, desde las 9:00 hasta las 19:00 horas, siendo libre el acceso anterior y posterior a esas horas», manifiesta el consejo asesor del paraje, a lo que añade: «Sin restringir la entrada de las personas que la visitan, en ningún momento se han superado por las visitas contabilizadas desde que existen registros. Ni en Pascua ni en ninguna otra festividad. Como dato significativo de mayor afluencia en lo que llevamos de año, el 1 de mayo visitaron la Murta 1.200 personas, lejos de las 1.600 de capacidad máxima que se pediría en teoría».

Por tanto, «las cifras son razonablemente acertadas ya que no son mayores que las que actualmente se tienen como visitas y no han causado problemas de momento», arguye el consejo. «Lo que no podemos hacer es dejar que las actividades dentro del paraje se desarrollen de forma caótica y aumenten sin control, publicitando el espacio sin tener en cuenta cómo y cuánto se puede soportar. Por eso se opta por una medida poco popular, pero necesaria y que ya se ha instaurado en numerosos entornos similares al nuestro», comenta también al respecto. A su juicio, para su implantación, además de los medios necesarios por parte del ayuntamiento, «sólo haría falta un pequeño esfuerzo del usuario para concertar el uso público que pretende desarrollar en el paraje, lo que le aseguraría un mayor disfrute del mismo».

Amics de la Murta

Por su parte, Amics de la Murta respondió ayer a uno de los miembros del consejo asesor que, en este periódico, señaló que sus miembros se habían ausentado de algunas reuniones: «El problema de un Plan de Usos para la Murta no es que nuestra representante no pueda participar en las reuniones del Consejo Consultivo por convocarse, en su mayoría, en horario laboral. La cuestión es que un reducido consejo, que tiene carácter consultivo, se apropie funciones que no le corresponden».

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