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Senderismo solidario

Siete jóvenes con dificultades psicomotrices realizan una ruta por La Murta con sillas especiales

Senderismo solidario

La Murta, tesoro natural y motivo de orgullo para Alzira, se convirtió el pasado domingo también en un ejemplo pionero de paraje inclusivo con la celebración de la I Trobada de Cadires de Muntanya de la Comunitat Valenciana. El evento, organizado por la empresa creadora de estas sillas especiales en colaboración con varios clubes de senderismo y la Federació d'Esports de la Comunitat Valenciana, reunió a alrededor de setenta personas, que ayudaron a siete jóvenes con dificultades psicomotrices a disfrutar de una gymkana en convivencia por el incomparable marco del parque alcireño.

La aventura empezó a las nueve y media de la mañana, con la formación de los siete equipos participantes. Cada uno estaba formado por una persona con discapacidad, subida en su silla de ruedas de montaña, dos técnicos asistentes para la silla de ruedas „que realizaron un pequeño curso de formación el día anterior„ y algunas personas más de apoyo, familiares de los usuarios de las sillas de ruedas y también voluntarios de los clubes de senderismo. Seis de los jóvenes eran de Alzira, mientras que el séptimo, natural de Ibi, se desplazó junto a un colectivo de la localidad, Cumbres sin Fronteras. Los equipos se unieron finalmente en tres grupos, para empezar la aventura a las diez y media de la mañana.

Aventura de orientación

El plan estaba bien definido: se trataba de una ruta senderista de alrededor de seis kilómetros por el interior de la Murta, con cuatro paradas a lo largo de todo el recorrido para realizar múltiples actividades como una aventura de orientación con mapas y brújulas o un cuestionario acerca de las características de la Murta. Tras cada prueba conseguían, como premio, partes de una frase, cuya construcción era el objetivo final: «Fem de la muntanya un lloc per a totes i tots». El mensaje caló entre todos los participantes, pero más aún lo hizo la alegría que mostraban los siete jóvenes que eran los protagonistas de la mañana. «Hubo un ambiente muy bueno», comentó Alejandro Mariano, uno de los técnicos formados que participó en la actividad, «y los familiares se mostraron todos súper agradecidos»; una reflexión en la que coincidió Juan Pablo Giner, del club de senderismo alcireño Baladre: «Veían disfrutar a sus hijos y se sentían así en normalidad», celebraba. La reunión culminó con una comida conjunta en un restaurante cercano a la Murta.

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