«Mi camino acaba aquí. No tengo fuerzas para seguir». Isabela Ciurcea, la alcireña que se enfrenta a una multa de 25.000 euros por albergar a cerca de 60 gatos y más de media docena de perros en un chalé de Vilella (partida Les Basses en el callejero oficial), no sólo ha confirmado a través de las redes sociales que deja de recoger animales de la calle sino que también ha empezado a vaciar la vivienda. La información publicada el sábado por Levante-EMV sobre la propuesta de sanción ha generado múltiples muestras de solidaridad y varias colaboradoras han iniciado el reparto de felinos por casas de acogida. Ciurcea comentó ayer que apenas quedaban en la vivienda ocho de los sesenta gatos y cinco perros, si bien estaba pendiente de reubicar a otros cuatro felinos por la tarde en una casa de acogida en València. El grueso de los animales, cerca de 30, ya han salido de la parcela aunque se les busca acomodo ya sea en casas de acogida o residencias. «Estos señores no los van a tocar», incidió Ciurcea en las redes sociales en referencia a un hipotético decomiso que acabaría con las mascotas en la perrera.

El Ayuntamiento de Alzira ha abierto un expediente sancionador a Nadia Isabela Ciurcea al considerar que está ejerciendo la actividad de refugio o albergue (núcleo zoológico) para animales de compañía «sin contar con el preceptivo instrumento de intervención ambiental». El procedimiento incoado a esta animalista alerta además de que esta actividad no es compatible con el planeamiento urbanístico vigente «puesto que el uso ganadero, que engloba el alojamiento de animales, no puede albergar un número mayor de ocho cabezas». El expediente tipifica los hechos como falta grave en base a la ley autonómica de Prevención, Calidad y Control de Actividades y propone una multa de 25.000 euros, así como una orden de clausura de la actividad si la titular no presenta la autorización que precisa a juicio del ayuntamiento.

Isabela Ciurcea reconoce que tenía en casa más animales de los que permite la ley, pero asegura que en ningún momento ha funcionado como refugio ni está ejerciendo ninguna actividad económica.

La presidenta de la Coordinadora Animalista de la Comunitat Valenciana, Ángela Molina, valoró ayer como «excesiva» la propuesta de sanción tratándose de una persona que se ha dedicado a recoger animales de la calle, que difícilmente podrá hacer frente a esa cantidad y, si bien dijo entender tanto la postura del ayuntamiento que actúa ante una situación «anómala» desde el punto de vista administrativo como la de la propia Isabela Ciurcea, reclamó a la Administración que «deje el tiempo necesario para reubicar a esos animales ya que, desde ningún punto de vista, deben acabar en la perrera», incidió Molina.

Recogida de firmas

El movimiento solidario que ha despertado la situación de Isabela no sólo ha provocado ofrecimientos para acoger animales, sino también una recogida de firmas en internet contra lo que presentan como una «injusticia» que en apenas 48 horas contabilizaba cerca de 500 rúbricas.

Isabela Ciurcea anunció ayer su intención de abandonar la casa que alquiló para atender a los animales que iba acumulando y cambiar su forma de vida. «Me voy a quedar algunos gatos que están ocho años conmigo, pero a partir de ahora voy a vivir de otra forma», manifestó muy afligida, mientras señalaba que un grupo de colaboradoras está buscando casas de acogida o, preferentemente, personas interesadas en adoptar a estas mascotas. En ese sentido, comentó la intención de publicar fotos en las redes sociales de cada una de las mascotas para difundir este proceso. «No compraré la casa, me voy de aquí, aunque el problema no es por los animales», comentó, mientras dejaba entrever que las denuncias de algunos vecinos responden a un enfrentamiento personal con ella.