La política hace extraños compañeros de cama. La manifiesta animadversión entre los dirigentes de Compromís y el PSPV puede tener los días contados en Sueca si la actual alcaldesa, Raquel Tamarit desea tener un gobierno estable. Compromís ha logrado mantener los ocho concejales que le permitieron hace cuatro años retener la alcaldía, pero los independientes del GISPM no le pueden garantizar ahora la mayoría absoluta. Los nacionalistas necesitan el apoyo del PSPV, que ha reforzado su posición al ganar un concejal. El socialista Dimas Vázquez, tan repudiando por Compromís, tiene ahora la llave para promover, cuatro años después, una versión local del Pacte del Botànic en la capital de la Ribera Baixa. Si Tamarit se deja, claro.