El prestigioso premio Harvey Philips Composition Award, que entrega cada cuatro años la International Tuba & Euphonium Association „el organismo de músicos de tuba y bombardino más grande del mundo„, contará con presencia de la comarca. El docente Ángel García Martínez, vecino de Albalat de la Ribera y profesor de tuba en el Conservatorio Musical de Murcia, es uno de los tres finalistas del galardón en la categoría de composiciones para tuba y banda sinfónica. Una nominación que sitúa a este joven albalenc entre los mejores escritores para tuba de todo el mundo. Si no el mejor. En la gala de entrega de premios, que se celebrará esta noche en la ciudad estadounidense de Iowa City, se dirimirá.
No obstante, él pronto huye de esta etiqueta: «Los referentes son muy grandes. Somos minúsculos en comparación con los grandes compositores de la historia», explica Ángel García. Con todo, esta nominación es todo un hito, sobre todo si se tiene en cuenta que apenas lleva diez años componiendo piezas. Su primera partitura, Drops, cuenta que la escribió a petición de los organizadores del concurso de tubas y bombardinos de la Vila Joiosa, y era una composición pensada para que los músicos del primer curso del grado profesional midiesen sus habilidades. «La tuba y el bombardino son instrumentos relativamente nuevos, por lo que cuenta con pocas partituras para los estudiantes, sobre todo en comparación con instrumentos como el violín o el piano», señala. Entonces medró en él la vocación compositora, que se disparó por el éxito que cosechó desde el principio su primera obra. « Drops ha acabado siendo de mis obras más interpretadas», comenta, «ha logrado calar mucho entre los jóvenes, creo que por su ritmo».
La mayoría de las composiciones que Ángel García ha escrito desde aquella Drops son, explica, obras pensadas para jóvenes estudiantes. No así Wood and brass, la partitura por la que ha sido nominado al galardón del ITEC. «Es una composición que le dediqué a Francisco «el Blanco», figura muy conocida y querida en el mundo de la música de calle», explica. La partitura repasa, en tres tiempos, la vida de Francisco: su infancia y trabajo en una serrería mediante la música de instrumentos de madera, la influencia de su familia con tonos melancólicos, y su participación en la fiesta, con las notas de la marcha Ximo como inicio para dotarle ese ambiente. Para completar el círculo, Pedro Fucías, nieto de Francisco «el Blanco», fue el encargado de estrenar la partitura.
Ceremonia desde casa
El fallo del jurado acerca de esta y las otras categorías del galardón, se dará a conocer hoy, en la cena de gala que la International Tuba & Euphonium Association celebra en Iowa City. Un encuentro al que Ángel García, desgraciadamente, no podrá acudir: «Es un tema de logística y trabajo. Publicaron los nominados con menos de un mes de antelación, y no he podido arreglármelo para acudir», relata. Será su amigo Eduardo Nogueroles, director de la banda de música de Alboraia „y también nominado a un galardón, de música de cámara en su caso„ el encargado de representarle en el encuentro. Y quién sabe si también de recoger su premio. «Para mí estar nominado ya es todo un honor. Un sueño de pequeño», afirma desde su perspectiva de tubista por vocación. El reconocimiento puede redoblarse.
