Cullera revivió este fin de semana por tercer año consecutivo una de las fechas que más se recuerdan de su legendario pasado. El 25 de mayo de 1550 el pirata Turgut Reis, conocido en tierras valencianas como Dragut, entró en la Vila y saqueó la ciudad junto a seiscientos corsarios turcos, un acontecimiento que algo menos de 500 años después la localidad ha convertido en una atracción para vecinos y turistas, que asisten entusiasmados al espectáculo.

Esta vez la recreación histórica ha durado dos jornadas. Actores y figurantes llenaron las calles más céntricas del municipio. Los piratas, armados con lanzas, espadas y gumías, aparecieron por sorpresa en el embarcadero ubicado en la calle del Riu y desde allí iniciaron su incursión en la ciudad. Tras sembrar el pánico por toda la zona del centro llegaron a la plaza de España, donde esperaban los soldados reales a las huestes berberiscas. La escenografía representó la lucha a muerte entre ambos bandos. La batalla continuó hasta el patio de la iglesia y desde allí acudieron a los jardines del mercado, donde se teatralizó un intercambio de prisioneros.

Atracción turística

La leyenda del pirata forma parte de la identidad de Cullera desde aquel saqueo, ocurrido cinco siglos atrás. La cueva del Dragut, en la montaña del Faro, es un reclamo turístico más de Cullera desde los años 60 y en la actualidad alberga un museo de piratería único en su especie en España.