Ni mucho menos tiene que ver con la actual UD Alzira, ni con sus jugadores, ni con sus directivos, ni incluso con su cuerpo técnico, pero las investigaciones de la trama de presuntos amaños de partidos han llegado hasta aquí. Las pesquisas abiertas por la justicia dentro del marco de la Operación «Oikos» han cruzado el Xúquer y alcanzan al club azulgrana. La policía está rastreando los indicios que existen sobre el posible amaño del encuentro disputado entre el Castelló y el Alzira de la temporada 2014-15. Según el diario Marca, un jugador que por entonces vestía los colores del Levante UD y que tenía relación directa con los cabecillas de la trama (Carlos Aranda y Raúl Bravo) pudo haber ofrecido una cantidad (que se situaría alrededor de los tres mil euros) a un futbolista de la UD Alzira para que favoreciera el resultado que beneficiaba sus apuestas. No ha quedado acreditado todavía si dicho intento de compra de jugadores se llevó finalmente a cabo pero las indagaciones se están intensificando porque los agentes sospechan que la trama corrupta también operaba en categorías inferiores, más allá de la Primera y Segunda División españolas, en clubes humildes de Segunda División B hacia abajo que militan en ligas que son más complicadas de rastrear para las autoridades policiales.
Las investigaciones apuntan a la utilización de tecnología digital que permitía mantener contactos con jugadores a través de conversaciones que después (con el paso de las horas) se borraban sin capacidad de seguir el rastro. La plantilla en aquel momento estaba integrada por Revert, Sabater, Flor, Dolz, Dani, Éder, Onrubia, Josua, Kike Soler, Mallol, Manu Micó, Sampedro, Victoria, Álvaro, Ángel, Araújo, Carrasco, Ducó, Fontana, Hervás, Gabri, Gisbert, Higón, Luis García, Nolo, Palomares, Raúl, Ríos, Roberto Soriano, Rubén, Ufarte, Brian, David López, Diego López, Francesc y Roberto.
El club azulgrana estaba presidido entonces por Javier Pérez, un dirigente caracterizado por su entrega y transparencia en las cuentas económicas. De hecho fue uno de los presidentes que mayor solvencia dio al club. La «mancha» que amenaza ahora con dañar la imagen del equipo afecta a un solo jugador cuya identidad no ha trascendido. La credibilidad y el prestigio acumulado por la entidad en los últimos años sigue intacta mientras no se demuestre lo contrario. La UD Alzira es hoy uno de los clubes más solventes de la Tercera División. De hecho, lleva ya muchos años pagando cada mes de forma religiosa a los jugadores y la deuda histórica se ha reducido a límites aceptables.
El club se desmarcó ayer de la polémica. «Es una situación ajena a la UD Alzira actual pero también a la de 2014. Afecta a un jugador. Yo estuve en aquel partido contra el Castelló y no vi nada extraño. Por eso no estamos preocupados porque la UD Alzira está limpia», zanjó ayer el presidente de la entidad, Juan Antonio Sanjuán.
