Benifaió vio volver ayer a uno de sus personajes históricos más importantes. Las labores de Luis Botello han permitido que los restos del diputado y periodista Luis Morote fueran depositados ayer en el cementerio de la localidad ribereña, con un acto al que asistieron algunos de sus descendientes. Se produjo el homenaje ciento seis años después del fallecimiento de un informador de gran relevancia en la época, que publicó entrevistas de enorme calado y reportajes que ayudaron por ejemplo a conocer los entresijos de la revolución cubana de finales del siglo XIX y principios del XX.

El paso del tiempo había provocado que los restos «se encontraran en una situación muy precaria. Había caducado ya la propiedad al discurrir un siglo, ya que Morote falleció en 1913. En el cementerio de la Almudena de Madrid habían comenzado un proceso para depositar los restos de la época en una fosa común, así que decidimos reivindicarlos para traerlos a Benifaió. Me hice responsable y todo se hizo posible», relató ayer a este periódico Luis Botello, que avanzó que el próximo otoño se realizarán unas jornadas de reflexión sobre la figura del intelectual en Benifaió «para seguir poniendo en valor la vida y obra de Morote».

Su biografía es prodigiosa. Luis Morote nació el 9 de enero de 1864 en València ciudad. Sin embargo, el investigador Francesc Beltrán de Benifaió considera que sería muy raro que naciese en el Cap i Casal, dado que su madre era de Benifaió y allí residía. El segundo apellido de Morote era Greus y de ahí su procedencia ribereña. Su acaudalada familia materna era originalmente de Alzira pero se desplazó a Benifaió huyendo de los carlistas. La ideología liberal campeaba en el ambiente familiar, de simpatías sagastinas. Otros hijos, además de Luis, fueron José Morote, que militó en la fracción liberal de Romanones y Francisco, quien dejó huella pedagógica en València desde su cátedra del Instituto Luis Vives. Muy pronto quedó claro que Luis también estudiaría y en la universidad fue un alumno aventajada bajó el espíritu del krausismo. Obtuvo el premio extraordinario de licenciatura y se desplazó a Madrid para cursar el doctorado, que consigue con veinte años.

Carrera periodística

Morote se inició en la actividad política en València, desde 1882 a 1889, ejerciendo la abogacía pero sobre todo el periodismo en «El Mercantil Valenciano», diario de las clases medias enfrentadas a la oligarquía. Fue amigo de Joaquín Sorolla o Vicente Blasco Ibáñez, con quienes compartió las inquietudes sociales del naturalismo y la lucha política. Marchó en 1889 a Madrid, a trabajar en «El Liberal» y con posterioridad en el «Heraldo de Madrid».

En 1896 entrevistó en Roma a León XIII. Ese mismo año embarcó para Cuba, donde pretendía entrevistar a Antonio Maceo, pero la muerte del guerrillero en Punta Brava obligó a cambiar el plan por Máximo Gómez, jefe de la revolución. Se infiltró en su campamento no sólo con fines periodísticos sino sobre todo con una tarea negociadora: llevaba cartas de los autonomistas de la isla. Gómez lo apresó por hacer y lo sometió a un consejo de guerra por delitos de espionaje. Absuelto en prueba de generosidad, se le dejó libre con cartas destinadas al gobierno español.

Diputado

El director de «El Liberal» dedicó un extra a «La insurreccción por dentro» el 22 de febrero de 1897 con un telegrama de dos mil palabras. A su vuelta, Morote fue recibido como héroe del periodismo y con un aval para que al año siguiente el partido autonomista de Cuba lo aupase a diputado por la isla. No llegó a tomar posesión del acta al consumarse la independencia. Al volver a Madrid se produjo su compenetración política con José Canalejas y, desde 1899, fue su estrecho colaborador.

En 1900, Morote publicó «La moral de la derrota», la obra que lo incluye dentro de los escritores del regeneracionismo, y en 1902 fue coautor de un libro decisivo en la historia del reformismo social en España, en defensa de la intervención del estado en los conflictos entre el capital y el trabajo. En plena guerra ruso-nipona viajó a Rusia y entrevistó a León Tolstói y a Máximo Gorki. Quizá su libro más famoso sea «El pulso de España».

El liberal Luis Morote falleció el 4 de mayo de 1913 en Madrid pero ahora ha vuelto a Benifaió.