Después de que los grupos políticos de Carcaixent, a uno y otro lado del espectro, hayan amagado durante las últimas semanas con reuniones y posibles acuerdos mestizos, la inminente llegada de la investidura ha provocado que los bloques se reencuentren. Los dos partidos de izquierda de Carcaixent, Compromís y el PSPV-PSOE se han vuelto a sentar a hablar y lo hacen «avanzando» a la hora de buscar puntos en común que les permitan un acuerdo de gobierno; mientras, PP, C's y Units per Carcaixent celebraron ayer una reunión para acercar posturas.

Compromís y el PSPV-PSOE, después de que los ánimos negociadores pasasen por varias fases „no hablaron en todo el pasado fin de semana„, han retomado conversaciones y acelerado la celebración de reuniones: se encontraron ayer, y volverán a hacerlo hoy. «Y no vamos hacia detrás, sino hacia adelante. Lentamente, pero hacia adelante», manifestaron miembros de la formación valencianista al respecto del cariz de estos acercamientos. «Se han desbloqueado ciertos elementos que impedíamos que pudiésemos hablar, por lo que estamos entendiéndonos», añadieron. No obstante, insistían en que, aun habiendo superado ya los escollos más importantes, «costará» llegar a un acuerdo final «que puede que llegue a última hora». También las asambleas de los respectivos partidos han de aprobar el presumible acuerdo de gobierno, lo que retrasa en cierta medida la toma de decisiones.

Desde el PSPV-PSOE carcaixentí, por primera vez desde que empezaron las rondas de contactos, admiten negociaciones con un partido, Compromís, en este caso. «En efecto, estamos acercando líneas de actuación y maneras de hacer las cosas. Viendo qué mantener y qué mejorar», valoraron. Preguntados por las sensaciones, indicaron que son «optimistas, como políticos y como personas», de cara a un acuerdo que se toma «por el bien de Carcaixent».

Reunión a tres bandas

Por otro lado, ayer a las siete y media de la tarde se celebró una reunión entre PP, Units per Carcaixent y Ciudadanos, en busca de un pacto por su parte que les permitiría, con la suma de todos los concejales, llegar a los once que marcan la mayoría absoluta. Ello siempre que todos los regidores electos de las tres formaciones voten a favor de la investidura en cuestión. A la hora de escribir estas líneas la reunión seguía en marcha.