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Las cooperativas exigen el desarrollo de la ley agraria para superar la crisis citrícola

Cirilo Arnandis, presidente de la federación de cooperativas, pide la puesta en valor de estas entidades y un presupuesto «suficiente» para una reforma «útil»

Una excavadora arranca árboles frutales en Carlet por el bajo precio de la cosecha. levante-emv

Después de que el sector cooperativo agrícola se enfrentase a sus demonios en la convención del pasado martes y asumiese los problemas propios que han llevado a la peor campaña en décadas, ahora piden que la Administración pública ponga de su parte en la búsqueda de la supervivencia del sector. El presidente de la federación de Cooperatives Agroalimentaries de la Comunitat Valenciana, Cirilo Arnandis, destacó ayer la importancia de que el gobierno autonómico, nacional y europeo colaboren codo con codo con el sector agrícola y desarrolle las herramientas necesarias para su supervivencia. En concreto, Arnandis destacó la necesidad de desarrollar la Llei de Estructuració Agrària con un presupuesto «suficiente» para que sus puntos, «que tanta falta hacen», se puedan materializar sobre el terreno.

El citado texto legal ya fue aprobado por unanimidad en las Corts Valencianes el pasado mes de febrero. Queda ahora publicar la orden reguladora y asignarle un presupuesto, aspectos en los que Arnandis insistió en el día de ayer a Levante-EMV. «Con las elecciones se ha paralizado, pero las cooperativas no hemos parado de insistir en el tema», destacó. El secretario autonómico de Agricultura i Desenvolupament Rural, Francisco Rodríguez Mulero, se comprometió a reunirse con el sector «en la próxima semana» para «tener definido en un mes el futuro de las cooperativas a cuatro o cinco años vista», según declaró en la clausura de la I Convenció Citrícola, celebrada anteayer en l'Alcúdia.

Cirilo Arnandis destacó cómo el ciclo de conferencias había servido para realizar una «valoración conjunta» de la situación del sector cooperativo citrícola, así como situar «el posicionamiento y las demandas» del mercado actual. «Tenemos que saber cuáles son nuestros deberes, pero también las administraciones han de solucionar sus deficiencias para que podamos llevarlos a cabo. Necesitamos el apoyo de nuestros políticos», reivindicó Arnandis. En concreto, de la Llei de Estructuració Agrària, celebrada por el sector, piden la creación de una estructura de oficinas gestoras de tierras para consolidar la creación de una red de tierras que contribuya a conectar la oferta y la demanda de parcelas, entre otros puntos que ayuden a movilizar el suelo. Todo ello con el objetivo, subrayado por Arnandis, de acabar con el minifundismo, «la gran lacra» del sector en la Comunitat Valenciana.

Por un frente común

Por otro lado, Arnandis destacó la necesidad de que los poderes públicos, a nivel autonómico pero también nacional y europeo, se sitúen al lado de las cooperativas para revertir la política de acuerdos internacionales «que tanto daño han hecho al producto valenciano», según las palabras de Arnandis.

Tal y como remarcó el día anterior Paco Borràs ante una nutrida representación del corporativismo agrícola, Arnandis se refirió ayer a la falta de «reciprocidad» en la importación de producto entre los países de la Unión Europea y los mercados a los que exporta España los cítricos, una situación de agravio comparativo que, al mismo tiempo, aumenta la competencia dentro de las fronteras europeas y afecta negativamente a las exportaciones. «Es inconcebible que las exigencias para venir a Europa sean fáciles, asequibles y sin coste», verbalizó el presidente de la federación de Cooperatives Agroalimentàries, «y que en cambio los protocolos para que nuestro producto entre en otros mercados sean al final de un coste superior al de la venta», comparó. Las cooperativas están dispuestas a acometer una reforma profunda, pero esperan que el poder político acompañe en el viaje.

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