Los vecinos de l'Alquerieta se muestran indignados por la imagen negativa que cada uno de estos incidentes proyecta del barrio y reclaman una actuación decidida que garantice la seguridad y la tranquilidad en sus calles.
Estos episodios son la punta del iceberg de un grave problema de convivencia provocado por familias que no respetan unas normas mínimas de urbanidad y que con frecuencia utilizan los malos modos y las amenazas en la relación con el resto de residentes. Tradicionalmente, las fuerzas de seguridad han contestado a las quejas elevados por los vecinos que, en base al número de denuncias, el barrio l'Alquerieta no concentra una mayor actividad delictiva que cualquier otra zona de la ciudad, aunque el problema persiste.
