La historia se repite en l'Alquerieta. Una discusión por un asunto turbio acaba con disparos en plena calle. Las balas no impactaron posiblemente en el objetivo, aunque esta vez sí han dejado dos personas heridas. El incidente se produce dos años y medio después de la última sucesión de disparos registrada en esta barriada alcireña, que encendió las alarmas.
Sucedió justo en la otra esquina de la calle Luchana, muy cerca de donde el jueves tuvo lugar el incidente, y el destinatario de aquellas balas era la misma persona, Antonio H. M., alias «Bareta», aunque entonces no se encontraron casquillos ni tampoco hubo heridos. Las fuerzas de seguridad consideraron que el tiroteo era la respuesta a uno que se había producido seis meses antes -mayo de 2016- aunque con los papeles cambiados y en el que, presuntamente, «Bareta» había disparado un arma contra un recién asentado en el barrio, conocido como «el francés». Ese incidente que tuvo lugar en la parte alta de la calle Callao, al parecer, no figura en su ficha de antecedentes. La policía sí encontró entonces un casquillo de nueve milímetros en la calle, pero no el arma. No hubo heridos y las fuerzas de seguridad no pudieron actuar contra él. El agredido reconoció en un primer momento los disparos, aunque con posterioridad se retractó, argumentó que no tenía nada que denunciar y alegó que entre ellos se aplicaba la ley gitana para resolver problemas. Un asunto de drogas se apuntó entonces como espoleta de este cruce de disparos en diferido. No obstante, según ha podido saber Levante-EMV, entre los antedentes del implicado no figuran delitos contra la salud pública. Diferentes fuentes aseguran que se trata de una persona conflictiva y con un carácter muy agresivo.
Su tío y autor de los disparos, Eduardo M. M., conocido popularmente como «el Bufa», también cuenta con antecedentes policiales, aunque las mismas fuentes le definen como una persona más tranquila y mucho menos conflictiva. Como ayer informó este periódico, el tiroteo que se produjo poco después de las diez de la mañana había tenido unas horas antes un preludio en forma de discusión, amenazas e incluso una agresión de su sobrino en un bar próximo, en el mismo barrio de l'Alquerieta.
Al parecer, las amenazas se habían repetido durante las últimas semanas, aunque esa misma mañana había proferido una frase lapidaria: «Hoy es el día que te voy a matar», relatan algunos testigos. La venta de unos palomos deportivos por parte de un hijo de «el Bufa» a uno del «Bareta» que después fueron requisados por la Guardia Civil ya que supuestamente habían sido robados y que sentarán a este último en el banquillo de los acusados se presumen como origen de este enfrentamiento ya que, al parecer, la familia del «Bareta» reclamaba a su pariente que aclarara lo sucedido para evitar ese procesamiento.
Los disparos se produjeron cuando el «Bareta» su mujer y su cuñada se dirigían a casa de «el Bufa» con una actitud amenazante -algunas fuentes señalan que llevaban un arma, un cuchillo y un martillo- y, tras un breve cruce de palabras entre las dos familias, éste efectuó un primer disparo desde dentro de la casa y con posterioridad, ya en la calle, volvió a detonar el arma. Las dos mujeres, hermanas, resultaron heridas de bala en un brazo.
