Acusar a alguien de falta de educación es algo muy grave. Pero con el uso indiscriminado de las redes sociales han aparecido nuevas formas de mala educación que ya no van asociadas a los clásicos bostezos sin la mano delante, la falta de gratitud ante un favor o la ausencia de amabilidad con una persona en un autobús, por ejemplo para cederle el asiento. En las redes sociales (ese campo sin vallas que parece incontrolable) la mala educación toma forma cuando uno se adueña de una foto que no es de su posesión, cuando se comparte un video con pseudohumor pero con tintes racistas o machistas o cuando se «fusila» una información a base de fotocopiadora para reproducir un contenido que ha costado dinero de elaborar.

Este periódico se ha visto gravemente afectado por este último apartado. Son muchos los habitantes de nuestra comarca los que valoran el contenido que, cada día y sin descanso, se ofrece desde las páginas ribereñas de Levante-EMV. Somos líderes porque ofrecemos lo que nadie ofrece: información de calidad, contrastada sobre los pueblos y ciudades de nuestra Ribera, desde Turís a Sollana, de Sumacàrcer a Cullera, de Almussafes a Carlet. Como siempre se destaca cuando cumplimos años y nos reunimos con los representantes políticos y culturales de la comarca, este periódico ha servido para vertebrar la Ribera, para fortalecer su identidad, para asegurar un derecho fundamental de la ciudadanía como es el derecho a la información veraz. Sin embargo, algunos representantes públicos son incapaces de poner en valor el trabajo que se hace desde esta casa, como tampoco el de los compañeros de otros periódicos que se quejan de la misma situación. En estas semanas previas la protagonista fue Isabel Jiménez, la concejala de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Sueca en la ya anterior legislatura. Fotocopió literalmente las páginas de este periódico para ofrecerlas gratuitamente a sus seguidores en las redes sociales. No satisfecha, poco después subió página a página con el comentario «más grande se lee mejor».

Desconocemos la razón pero no tuvo la sensibilidad para apoyar al único medio que todos los días destina entre ocho y diez páginas a la información de la Ribera, con gran protagonismo para Sueca como capital de la zona baja. Pero no nos engañemos, ni muchos menos es la única. Diego Gómez, alcalde de Alzira, también «fusiló» días antes un artículo que, según manifestó, le había gustado mucho sobre el paralelismo entre la ciudad que preside y València capital. Tuvo casi 500 «Me gusta». Gente que quizá ya no compre este periódico porque ha podido acceder a la información de forma gratuita, regalada por aquellos a quien no pertenece.

Si la cultura es gratuita es porque quien la ofrece ya la ha cobrado por otros medios. Peligro. Si la información es gratuita es porque pertenece a estructuras mayores que no siempre la dejan ser libre. Una sociedad democrática debe sentirse libre cuando costea la cultura y la información. Sabemos que es complicado controlar y concienciar al completo de la ciudadanía y sus múltiples plataformas digitales pero es una indecencia que el comportamiento maleducado lo tengan dirigentes políticos que deberían trabajar por el fortalecimiento de las estructuras de la democracia. Y entre esas, el periodismo es clave.

Cuando empezó la legislatura de 2015 el Ayuntamiento de Cullera reproducía los diferentes periódicos todos los días y los repartía gratuitamente entre sus trabajadores a modo de «dossier de prensa». Jordi Mayor cambió dicha conducta en unos meses. Le aconsejó un nuevo asesor comunicativo que aportó sensibilidad por el trabajo de proximidad realizado por la prensa comarcal. Cullera marcó el camino que deben seguir otros municipios y otros dirigentes.