El Consorcio de la Ribera, entidad que agrupa a las dos principales mancomunidades de la comarca, solicitó ayer una reunión «con la máxima urgencia posible» a la dirección general de Salud Pública para, «dada la grave situación» que se vive en la Ribera, plantear las medidas oportunas para combatir la actual proliferación del mosquito tigre y de la mosca negra.

«Se trata ya de una cuestión de salud pública, nosotros estamos dispuestos a implicarnos, pero la conselleria tiene que tomar medidas porque, aunque alegan que es una competencia municipal, cuando la plaga no es local sino que afecta a todo un territorio hay que exigir a los que están arriba que actúen porque es necesaria su implicación», señaló el presidente de la Mancomunitat de la Ribera Alta, Txema Peláez.

La empresa contratada por el consorcio para realizar los tratamientos preventivos -y también las actuaciones de choque- contra estas plagas de forma coordinada en los 40 municipios adheridos al servicio ha recibido en los últimos días cinco incidencias por una eclosión de mosca negra que ha obligado a realizar fumigaciones extraordinarias, explicó Peláez.

El presidente de la Mancomunitat señaló que existe un protocolo establecido por el que los ayuntamientos comunican la alarma a través de una plataforma, los técnicos de la empresa confirman que se ha producido ese repunte -«se aplica un criterio científico», incidió- y programan una fumigación para paliar los efectos de la plaga.

El presidente de la Mancomunitat de la Ribera Alta indicó que, como consecuencia de estas alarmas, la empresa ha actuado en los últimos días en las localidades de Alzira, Alberic, Benimuslem, Gavarda y en la tarde de ayer estaba previsto que lo hiciera en Carcaixent, aunque finalmente se pospuso la aplicación del tratamiento, según indicaron fuentes municipales. Otros ayuntamientos como el de Càrcer han impulsado fumigaciones similares de forma paralela.

Txema Peláez indicó que estos tratamientos en el ámbito rural se realizan para combatir la plaga de mosca negra mientras que, según dijo, el mosquito tigre «es urbano». «Las picaduras en entornos urbanos son de mosquito tigre, pica de día y vuela bajo, mientras que por la huerta y donde hay masas de agua es cosa de la mosca negra, que suele salir al alba y al ocaso», detalló.

En este sentido, señaló que la empresa contratada por el Consorci actúa con una planificación y, a lo largo del año, realiza tratamientos en imbornales, fuentes y zonas urbanas donde se puede reproducir el mosquito tigre, aunque alertó de que es necesaria la colaboración de toda la sociedad, ya que cualquier acumulación de agua en casas particulares puede favorecer su propagación.

En esa línea, Txema Peláez indicó que sólo Alzira, Carcaixent y Sueca han solicitado la organización de charlas informativas para explicar a los ciudadanos hábitos que contribuyen a evitar la proliferación de estos insectos.