La nueva Ordenanza Municipal de Protección Animal aprobada inicialmente por el Ayuntamiento de Algemesí abre la puerta a controlar mediante el ADN las deposiciones de mascotas en la vía pública para poder sancionar las conductas incívicas, es decir, a aquellos dueños que no retiren los excrementos de sus perros; endurece las multas a los infractores y contempla como novedad que el dinero que se recaude por las sanciones derivadas de la aplicación de esta normativa se destinará a actuaciones que tengan como finalidad la defensa de los animales. El nuevo articulado, impulsado por el anterior concejal de Sanitat, Asensio García, también dedicada un apartado a los circos y establece que el ayuntamiento «no autorizará espectáculos de animales en cautividad que impliquen crueldad o maltrato o en los que se les ofrezca un trato antinatural». El consistorio aprobó a finales del anterior mandato una serie de modificaciones en la ordenanza vigente, que desde ayer se somete a información pública.
La nueva normativa, si no sufre cambios en esta fase, obliga a las personas que se encuentren en la calle con un animal a «recoger y retirar» los excrementos del mismo e incluso «a limpiar la parte de la vía pública afectada». En sentido, también será obligatorio para los propietarios de mascotas llevar consigo recipientes con líquido para «diluir también los orines».
La alcaldesa de Algemesí, Marta Trenzano, confirmó ayer la voluntad de implantar el sistema de control de deposiciones mediante el análisis de ADN «siempre y cuando el marco legal lo permita» ya que, según reconoció, «tenemos un problema de salud importante» con los excrementos de mascotas que los dueños no retiran. Trenzano destacó como una aportación novedosa que recoge la ordenanza que los ingresos por multas derivadas del incumplimiento de este marco normativo se destinarán a iniciativas que persigan el bienestar animal. En este caso, señaló a modo de ejemplo la posibilidad de impulsar una protectora local.
La ordenanza también «actualiza» el importe de las sanciones -«antes más laxas», admitió Trenzano-, de forma que las infracciones tipificadas como leves llevan aparejada una multa de 750 euros o advertencia. Esta última figura se contempla cuando no hay dolo en la acción y el responsable no ha sido sancionado en los últimos tres años por el incumplimiento de esta misma ordenanza. Las infracciones graves conllevan multas de hasta 1.500 euros y las muy graves de hasta 3.000.
Por lo que respecta a la instalación de circos, la ordenanza señala que el ayuntamiento no cederá terrenos municipales para ningún espectáculo que implique crueldad o maltrato a los animales y que, en caso de que detectar en un espectáculo circense que éste se produce, instará a la Generalitat la incoación de un expediente sancionador. La alcaldesa comentó que la ordenanza no prohíbe los circos, aunque tampoco facilita su implantación, si bien dijo no recordar la instalación en Algemesí de ningún circo en como al menos los últimos treinta años.
Esta ordenanza municipal también prohibe el abandono de animales muertos en la vía pública y regula su recogida o cómo actuar en caso de que se vean implicados en un accidentes. En este caso contempla la posibilidad de actuar de oficio para evitar el sufrimiento del animal.
