El Comité de Empresa del Departamento de Salud de la Ribera lanzó ayer un grito de «basta» acerca de la situación del personal laboral en el Hospital de Alzira tras la reversión. Una representación de varios sindicatos de funcionarios y trabajadores sanitarios se reunió en la sede de la Mancomunitat de la Ribera, en Alzira, para protestar por una situación que, tras quince meses de gestión directa por parte de la Conselleria de Sanitat, consideran ya insostenible. Tanto por la revisión de las condiciones del personal laboral, congelada desde hace meses, como por la incomunicación entre el personal y la gestión pública. Una situación de bloqueo total ante la que se han plantado tras lo que consideran «la gota que ha colmado el vaso»: la negativa a que compañeros con plaza dispongan de una excedencia, en un «claro agravio comparativo» con otros compañeros, según valoran. Con todo, amenazan con un «otoño caliente» si no se reconduce la coyuntura de los 1.400 trabajadores que agrupa el Comité.

La reversión del Hospital Universitario de la Ribera para que la Generalitat asumiese su gestión llevaba consigo varios problemas escondidos en los cajones. Entre ellos, las condiciones del personal sanitario, agrupados en dos tipos de contratos: estatutarios y laborales. La adaptación de ambas figuras a las condiciones del funcionariado público de la Comunitat se convirtió pronto en una de las grandes patatas calientes para la administración valenciana. Según valoraron ayer los miembros del Comité de Empresa, el trabajo al respecto de la exconsellera de Sanitat Carmen Montón, a la que se acusó de no tener una hoja de ruta, fue «bueno»: «Las negociaciones estaban abiertas en todo momento y aceptaron nuestra propuesta para la introducción de la figura del personal laboral a extinguir», señaló Pedro Durán, del SIMAP. Las relaciones con Ana Barceló, la nueva titular de Sanitat, no han sido tan buenas, según la versión de los trabajadores: «Hemos solicitado varias reuniones y no ha dado la cara. En enero se congeló la negociación con su equipo y ahí se ha quedado», señalaron ayer los sindicalistas, quienes reivindicarion una «renovación» de dicho equipo negociador para intentar avanzar.

Igualar condiciones

El objetivo es ahora la «estatutarización» del personal, la homogeneización de las condiciones laborales de todos los trabajadores. «Ahora mismo hasta en lo más básico, como el número de horas, hay diferencias incluso entre los trabajadores laborales. Enfermería, por ejemplo, tiene cuatro cartillas diferentes», indicó Enrique Martínez, del CSIF y actual presidente del Comité.

Estas diferenciaciones están provocando «un clima de crispación» entre los trabajadores del mismo servicio e incluso entre el mismo personal laboral, señalaron ayer los sindicatos. Un problema añadido a la pelea que mantienen por conseguir las mismas condiciones que sus homólogos en el Hospital. «Nos estamos viendo obligados a litigiar prácticamente cada mejora laboral que se aplica al resto de trabajadores, como la subida de sueldos del 2,25 %, el plan de incentivos...». Por otro lado, el fin del contrato del que disfrutaban antes de la reversión y su acoplamiento al convenio general de los trabajadores se ha saldado con «pérdida de derechos» a lo largo de estos últimos quince meses, según valoraban ayer: «Hay puntos del convenio que simplemente no se están cumpliendo, como la jubilación parcial. Nuestro Plan de Igualdad caducó y se nos dijo que se aplicaría el protocolo de Conselleria, pero tampoco: están disfrutando de él el personal sanitario, pero no el laboral», ejemplificaba Belén Doménech, de CC.OO.

Tras hacer pública la convocatoria de la reunión de ayer, la dirección general de recursos humanos de Generalitat les emplazó a reunirse en septiembre. «Pero cuanto antes volvamos a hablar, mejor», señaló Pedro Durán. La pelota sigue botando en el tejado de la Conselleria de Sanidad.