La mejora de los polígonos industriales y sus alrededores es una asignatura pendiente para muchos gobiernos. Aquellas empresas que ayudan a generar la riqueza de las ciudades no siempre ven devuelto en forma de inversiones su gran aporte a las arcas municipales. Una prueba de ello es el camino de Sant Bernabé de Alzira. Un vial sucio e impracticable que se encuentra rodeado de algunas de las firmas más importantes de la capital ribereña y, por ende, de la comarca.

Aunque el gobierno alcireño puso fin a parte del deterioro del primer tramo de la conocida como avenida de la Llibertat, con un nuevo asfaltado, zonas para sentarse y un vial para bicicletas en la zona cercana a los cines Kinépolis, a medida que uno se adentra en el polígono industrial de la carretera de Albalat ve como la maleza y los socavones pasan a ser los protagonistas.

Aunque al actual ejecutivo se le puede achacar una cierta desgana para adecentar esta importante zona de la periferia, sería injusto señalarlo como único culpable. El estado que sufre el camino de Sant Bernabé se debe estar a años y años en el más absoluto de los olvidos.

El citado polígono cuenta con empresas de primer nivel, de las más destacadas de la ciudad. Grefusa, Coaliment, Sor, Roda, Celulosas y Tissues o Dialsur son algunas de las firmas situadas en sus alrededores. El contraste es demoledor.

Malestar de la patronal

Se podría achacar el desgaste al elevado volumen de tráfico así como de los vehículos que por allí circulan, pero precisamente por esa circunstancia cabría esperar una mayor atención. Al menos eso es lo que esperan los empresarios, que en diversas ocasiones han expresado su malestar por el deficiente estado de los polígonos industriales, en general.

Pero el caso del citado camino es especialmente doloroso. A un margen, crece la maleza sin remedio. Entre ella, fruto del incivismo tan fuertemente criticado por el ayuntamiento, no resulta complicado encontrarse con todo tipo de basura. Pero es el firme de la calzada el elemento más preocupante. Muchas carreteras tienen baches, pero este vial supera con creces lo que podría llegar a considerarse como normal. En algunas zonas, el asfalto agrietado termina por desaparecer y deja una especie de arcén terroso a uno de sus lados que daría ubicar, sin problemas, todo un carril.