Algemesí es una de esas localidades en las que el Pacte del Botànic no fraguó, pese a que se intentó con insistencia. Pese a ello, Marta Trenzano logró mantener la alcaldía con el apoyo de su socio la legislatura pasada, Esquerra Unida, y de Ciudadanos, que pese a quedarse fuera del gobierno tiene dos concejalías importantes.
¿Por qué se alcanza un acuerdo de gobernabilidad con Ciudadanos y no con Compromís?
Con Compromís iniciamos unas negociaciones que pensábamos que iban por buen camino. Hice una propuesta proporcional y justa en base al resultado electoral, de hecho, Esquerra Unida la aceptó sin reparos. La primera respuesta de Compromís es que también les parece coherente, pero vinieron con una contrapropuesta incompatible con su representatividad. Querían dividir el ayuntamiento en tres áreas y que cada partido dirigiese una, como si las fuerzas estuviesen igualadas, cuando no lo estaban. Una vez pasado el pleno de investidura, las posturas de unos y otros estaban muy alejadas. Teníamos que poner el ayuntamiento en marcha y decidimos mantener el pacto con EU y ofrecer delegaciones a aquellos partidos de la oposición que podrían aceptarlas y trabajar por el mismo proyecto de ciudad que nosotros. Compromís no las aceptó y Ciudadanos sí.
¿Ha vuelto a conversar con Lorena Calatayud después de repartir las delegaciones?
No. No hemos vuelto a hablar sobre formar un gobierno.
¿Ve posible la entrada de Compromís en el gobierno en los próximos 4 años o esa puerta está cerrada?
No podemos descartar nada. En política seis meses son mucho tiempo. Ellos tienen la puerta abierta pero han de entender que la propuesta que yo les hice es la que consideramos justa. Si están por la labor de trabajar en esa línea no habrá problema.
Ya han demostrado que su oposición puede ser más dura que la del PP...
Para ser más dura que la suya durante la legislatura anterior ya tendrían que esmerarse. Estamos convencidos de nuestra propuesta para la ciudadanía, que a fin y al cabo es la que mayoritariamente se ha votado. A partir de ahí, Compromís puede hacer una oposición constructiva, destructiva o, incluso, mixta.
¿La salida de Josep Bermúdez es un alivio?
Era el actor principal de la obra de teatro, y que esto se malinterprete por la comparación. Pero creo que esa obra sigue. Es una formación que tiene una personalidad muy marcada, que por otra parte está muy bien, pero creo que Josep solo interpretaba el papel principal. Los guiones van a seguir porque el resto de reparto, la base, no ha cambiado.
¿Ciudadanos será un buen compañero de legislatura?
Espero que sí. Hasta la fecha no hay quejas. Edgar está trabajando y realizando propuestas para sus concejalías (Urbanismo y Turismo) que no están nada mal. No van tan desencaminados de lo que es nuestra línea de trabajo, así que todo apunta a que sí.
¿Le pasará factura pactar con la derecha?
La ideología es muy importante, es cierto, yo soy una persona con profundas convicciones ideológicas socialistas. Pero un ayuntamiento no es como el Gobierno del Estado, donde la ideología tiene mayor peso. Al final, lo que vamos a decidir es qué calles se asfaltan primero o qué farolas tenemos que cambiar. Son cuestiones pragmáticas, aunque no vamos a renunciar a nuestros principios y eso Ciudadanos lo sabe. Me sorprende que digan que por llegar a acuerdos con ellos nos hemos «derechizado»; a lo mejor ellos se han «izquierdizado». Lo importante es alcanzar la estabilidad y que los proyectos se realicen.
¿En qué notará la ciudadanía que gobierna en mayoría?
Sobre todo en la agilidad. En la pasada legislatura llevamos al pleno muchas iniciativas que la oposición tumbó. Eso eterniza la gestión. Eso ahora no va a ocurrir, lo que vaya al pleno se aprobará casi con total seguridad.
¿Cuáles son las inversiones más relevantes y prioritarias?
Una, muy avanzada, es el pabellón municipal. Tenemos la financiación y hemos solventado una gran cantidad de problemas administrativos; tenemos que remodelar el pabellón antiguo y construir el nuevo. Después la piscina, es fundamental e imprescindible; será un fracaso si acaba la legislatura y no conseguimos hacerla. Estamos mirando la ubicación porque el ayuntamiento ahora mismo no tiene parcelas. La ampliación de la Casa de la Música sería la tercera. Tenemos dos asociaciones importantísimas, el Conservatori de Música i Dansa y la Societat Musical, que comparten edificio y se les ha quedado pequeño. Ya estamos en negociaciones para adquirir dos casas y poder realizar la ampliación. También tenemos que hacer mejoras en los polígonos industriales, tenemos que seguir modernizándolos.
¿Por qué se suben el sueldo?
La legislatura pasada fue anómala. Existían unas exigencias marcadas por EU, seguramente influenciados por el discurso de Podemos y la casta. Se planteó que el alcalde tenía que cobrar dos salarios mínimos interprofesionales al mes. En Algemesí hemos padecido los dos extremos, primero con un alcalde que ocupó las portadas de toda España con un sueldo de 64.000 euros para después pasar a que los concejales cobrasen 25.000 brutos al año, que se quedan en algo más de mil limpios al mes. La dedicación es estar al pie del cañón prácticamente las 24 horas del día, sin fines de semana libres. Hemos adaptado los sueldos también mirando alrededor, en Alzira, Xàtiva, Cullera, Almussafes o Benifaió. Queríamos que estuviera en la media del resto sin caer los niveles que cobraba el PP. Un dato orientativo: voy a cobrar, como alcaldesa lo mismo que percibía la jefa de gabinete del señor García Mont. En política, si actúas con honestidad, no te haces rico. Los sueldos propuestos son acertados porque tanto Compromís como Ciudadanos están de acuerdo.
Como mujer y socialista, ¿qué piensa sobre el asunto de Els Tornejants?
La mujer tiene que formar parte de todo aquello que quiera, sin excepción. Tiene que entrar en Els Tornejants si puede ser este año, mejor que el próximo. Hay un problema en los bailes que afecta tanto a hombres como a mujeres, que es el caso de la regeneración. Hay jóvenes que quieren formar parte y que, para poder entrar, necesitan que otros se vayan.Hay que arreglarlo como sea.
¿Cuándo veremos a la primera mujer bailando en Els Tornejants?
Espero que este año. Si no, el año que viene tiene que ser la fecha límite.
¿Y en la Setmana de Bous se puede alcanzar un consenso entre partidarios y detractores?
Las fiestas se han vivido con normalidad en los últimos años, tras los episodios negros que vivimos hace tiempo.Es cierto que en el pueblo tenemos un sector de gente que es antitaurina, pero nunca ha creado problemas. Se manifiestan cada año con total libertad y de manera pacífica. Es algo que forma parte de la convivencia como sociedad, unos están a favor y otros en contra. Haciendo uso del diálogo hemos podido reconducir una situación que era de crispación. La gente que quiere ir a los toros, tiene que poder hacerlo con unas garantías de seguridad y tranquilidad. El tema más polémico siempre han sido las becerradas, en las que se usaba el estoque y la banderilla. Su eliminación ha ayudado a que los ánimos se calmen. Lo que tampoco ayudaba es que el señor García Mont convirtiese el ayuntamiento en un fortín y declarase a La Sexta emisora non grata, porque das a entender que aquí pasan cosas malas. Nosotros nos hemos abierto, aquí ha estado Pacma y ha comprobado que en la plaza no se maltrata al animal y que las becerradas se han convertido en capeas. Lo que se hace aquí no es diferente a otros pueblos. Hablamos de una fiesta que está regulada por ley, tiene unos permisos y unas autorizaciones. No se comete ninguna ilegalidad. Así que si el pueblo quiere toros, tendrá toros.
¿Ha recibido alguna oferta para a ser directora general?
No. Eso que salió en prensa me pilló me sorprendió mucho. No tengo ninguna propuesta sobre la mesa. Además, tengo entendido que es incompatible, así que tendría que dimitir como alcaldesa. Sería muy gratificante que el President pensase en mí, pero mi cabeza ahora mismo está en Algemesí. Como mínimo, estos cuatro años quiero estar aquí. Después ya se verá, siempre he pensado que con ocho o doce años como alcaldesa ya estaría bien.Emili Gregori puede estar tranquilo, no pienso batir su récord. No sé cómo pudo resistir veinte años.
¿La causa abierta con la tesorera le puede pasar factura?
Hace falta ver la sentencia final. Estamos todavía en diligencias previas. No es un caso de corrupción. Estamos hablando de que la Fiscalía decide investigarme por la denuncia de una funcionaria. Creo que obré bien y, de hecho, tengo una sentencia del Contencioso-Administrativo que dice que el ayuntamiento actuó correctamente. Si no hay falta administrativa, es muy difícil que pueda haber un delito penal. Estoy muy tranquila. Hicimos lo que tocaba. Lo cómodo habría sido correr un tupido velo y dejar que esta persona se dedicase a hacer lo que quisiese, pero como jefa de personal del ayuntamiento que soy, y por respeto a sus compañeros funcionarios que trabajan mucho y cumplen los horarios, no podía dejar pasar eso como si nada. Decidí asumir mi responsabilidad antes que mi comodidad. Si llegado el momento tengo que tomar alguna decisión, la tomaré.
