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El Xúquer agrava la contaminación de microplásticos en el litoral de Cullera

El caudal del río transporta los residuos urbanos y agrícolas que acaban depositándose en el mar y son transportados por las corrientes - La densidad hallada en la costa de la comarca es de las más altas detectadas en el Golfo de València

La desembocadura y las playas del Marenyet y Brosquil de Cullera con Dénia al fondo. vicent m. pastor

La contaminación plástica del medio marino es una realidad cada vez más alarmante. Así de contundente se expresa la investigadora de la Universitat Politécnica de València Núria Felis Reig, autora de un minucioso estudio sobre la contaminación por microplásticos en la costa de Cullera, donde la densidad media de este tipo de partículas, especialmente junto a la desembocadura del Xúquer, no es muy distinta a la acumulación de plásticos que presentan los principales oceanos del mundo.

Para llevar a cabo su investigación, Felis ha tomado muestras de la capa superficial marina de diez tramos perpendiculares a la costa y ha identificado y cuantificado los microplásticos. El estudio concluye que los tramos con mayor densidad de partículas son los cercanos a las desembocaduras de los ríos de la zona, el Xúquer y el Serpis. Según la científica, cerca del 80 % de los plásticos que hay en el mar provienen de fuentes terrestres: ríos, acequias o emisarios submarinos, que son arrastrados por la escorrentía y transportados por las corrientes.

La influencia fluvial

La investigación constata grandes diferencias entre la densidad de microplásticos de la zona del Serpis y Marenyet (al sur de la desembocadura del Xúquer), con una media superior a 900.000 ítems por kilómetro cuadrado, y la que presentan zonas como Piles y Oliva Nova, que ofrecen una densidad media cercana a 100.000 ítems por kilómetro cuadrado.

Existe una correlación entre la presencia en el mar de microplásticos y la contaminación por plásticos de mayor tamaño (macroplásticos), ya que el estudio ha encontrado un 66 % de microplásticos procedentes de la degradación de macroplásticos. Según detalla Felis, los microplásticos son de dos tipos, por un lado primarios, entre los que se encuentran, por ejemplo, las microesferas procedentes de productos farmacéuticos y cosméticos, como la pasta de dientes o exfoliantes.

«Todos ellos se vierten a la red de alcantarillado y llegan a las depuradoras de aguas residuales, pero su pequeño tamaño impide que se retenga en alguna de las etapas del tratamiento, por lo que acaban en el mar a través del vertido», ha explicado Felis. El segundo tipo de microplásticos son los secundarios, procedentes de fragmentos de plásticos grandes que se generan por la acción de agentes erosivos como la radiación ultravioleta, la fuerza del oleaje, la temperatura, la disponibilidad de oxígeno o las turbulencias.

Los impactos de la presencia de plástico en el medio marino no solo afectan a la macrofauna, sino que debido a la fragmentación de material plástico en partículas de menos de 5 mm, se facilita su ingestión en los niveles más bajos de la cadena trófica.

Estudios realizados en diferentes zonas del Mediterráneo muestran valores que aumentan con los años. Los resultados obtenidos en las prospecciones realizadas en la costa de Cullera presentaron la misma magnitud que los publicados por diversos autores en el Mediterráneo. No obstante, en relación con otras partes del mundo, la situación es «bastante mejor» si se compara con las niveles de microplásticos que se ha publicado del centro del Pacífico Norte.

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