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Iniciativa

Brazadas solidarias de récord

El nadador alcireño con huesos de cristal completa con éxito la travesía que cruza el lago Ness

Los nadadores, con el patrón del barco, a los pies del lago. levante-emv

El nadador alcireño con huesos de cristal, Vicente Martínez, no sólo consiguió culminar con éxito la travesía de 39 kilómetros que cruza las frías aguas del mítico lago Ness (Escocia), desde Fort Augustus a Inverness, junto a sus dos compañeros de equipo en una prueba que afrontaban por relevos, sino que las 10 horas y 28 minutos consumidos puede convertirse en la mejor marca en completar la travesía en equipos de tres. Los consejos del patrón del barco, que obligaron a cambiar varias veces la planificación ante los pronósticos de fuerte viento, acertaron de pleno y propiciaron la buena marca lograda en una prueba que, no obstante, tiene un carácter solidario ya que busca dar visibilidad a la osteogénesis imperfecta o enfermedad de los huesos de cristal, una dolencia que Martínez padece en un grado leve, y recaudar fondos aunque sea de forma modesta a beneficio la Fundación Ahuce, que trabaja en la investigación de esta enfermedad.

«Hemos ido más rápido de lo que esperábamos y estamos esperando la confirmación por parte de la federación inglesa de si la marca representa el récord de la prueba en un equipo de tres», comentó ayer Vicente Martínez, que se mostraba «satisfecho aunque todavía molido» tras el esfuerzo realizado en la jornada del sábado. Martínez, junto a sus compañeros José Miguel Ámbel y José Antonio Peix, se lanzaron al agua finalmente a las cinco de la madrugada del sábado, aprovechando que el viento daba una tregua. «La situación estaba calmada, no había viento, aunque sí bastante niebla y pudimos avanzar rápido», relató, mientras señalaba las bajas temperaturas del agua como el principal obstáculo. «Hacía frío, deportivamente la prueba ha sido dura, se hace pesada porque en el agua dulce no flotas, te hundes bastante y la sensación de frío es mayor», señaló Martínez, mientras comentaba que fuera del agua, en el barco, había mucha humedad. El trayecto comenzó de madrugada y la salida del sol supuso un alivio para los nadadores. La prueba se realizaba por relevos de una hora y el nadador alcireño cubrió tres y medio. «No había nadado nunca en aguas tan frías», comentó, al tiempo que barajaba que un nivel similar se había encontrado el año pasado en el Canal del Norte. El proyecto reto del nadador alcireño lo tiene claro: «Descansar».

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