A sus diecinueve años, Carlos Alfonso Ferri puede presumir de un currículum musical que muchos ya querrían para sí al término de sus carreras. Este joven, que empezó a estudiar piano a los cuatro años de edad, consiguió a finales del pasado mes de julio el segundo premio en el VI Alion Baltic International Music Competition, un festival con múltiples conciertos que en una de sus ramas busca reconocer el talento de músicos jóvenes. En el certamen de este año, celebrado en la letona ciudad de Riga, Alfonso consiguió destacarse como el segundo mejor pianista de los participantes.
Este reconocimiento se une así a una larga lista de méritos que Alfonso cuenta en su haber. Acabó su grado medio en el conservatorio Perfecto García Chornet de Carlet con un Premio Extraordinario; desde entonces, acumula galardones tanto en el ámbito nacional, como un primer premio en el Concurso de Piano Ciudad de Jerez 2017, como también premios y becas a nivel internacional, con estancias en festivales y academias por toda Europa.
De entre todos, Alfonso se queda con la mención especial que ganó en el Concurso Internacional Rachmaninoff el año pasado, donde logró destacar entre 55 participantes. «Es conocido como uno de los mejores sitios donde estudiar piano. Fue mucho más difícil, y por eso más especial», explica. El hecho de tocar ante el gran público en este tipo de galardones, a su corta edad, tampoco le importuna: a lo largo de los últimos años, en el marco de los ciclos Amadeus, ya ha podido ofrecer una cantidad reseñable de conciertos, en los que ha pasado de los posibles miedos iniciales a disfrutar de ellos sin ambages. Tanto, que su sueño es, de hecho, convertirse en concertista profesional, a pesar de que lo ve como un reto «muy difícil». Hacia él camina con paso firme, a las puertas de su segundo año de los estudios superiores.
