El Ayuntamiento de Cullera estudia situarse a la vanguardia por lo que a protección de la costa se refiere. La iniciativa puesta en marcha en la cala del Retor de Orpesa (Castellón) por la que se ha prohibido fumar está siendo evaluada por el consistorio para aplicarla en las próximas fechas en la costa cullerense con la intención de convertirla en un espacio más saludable para las familias y, además, evitar así el enorme impacto medioambiental que provocan las colillas.

Y es que el filtro de los cigarrillos es de acetato de celulosa, su elemento de más rápida evaporación. La combinación de componentes de la colilla hace que su tiempo de degradación oscile entre uno y diez años.

Cullera ya empezó hace más de quince años a repartir conos para recoger las colillas y evitar así que éstas ensuciasen la playa. Sin embargo, todas las medidas no han sido suficientes. El Ayuntamiento de Orpesa ha sido el primero en tomar la medida de proteger sus playas, pero en pocas semanas otros municipios han aceptado que la medida es adecuada y por lo tanto estudian seriamente ponerla en práctica. «La idea sería poder llegar a convertir los quince kilómetros de playa del litoral cullerense en una sola playa sin humo», argumentó ayer el concejal de Medio Ambiente del ayuntamiento, Bernat Escolà.

«Los usuarios serán los principales beneficiarios de la medida, ya que conseguirán, por un lado, un espacio natural y libre de humos y, por otro, una playa con mayor limpieza» adujo ayer este periódico Salvador Tortajada, concejal de Playas del Ayuntamiento de Cullera.

También el alcalde, Jordi Mayor, se sumó a la medida pero matizó que se está estudiando para una posible aplicación: «Se está estudiando por parte del actual equipo de gobierno ya que es necesaria para seguir ganando en calidad en las playas de Cullera».

Una medida que se expande

La medida iniciada por Orpesa ha conseguido rápidamente seguidores. El grupo municipal del PP en el Ayuntamiento de València presentará una moción ante la Comisión de Ecología Urbana y Emergencia Climática, en la que pedirá la puesta en marcha de la iniciativa «Playas sin humo» y promover así «hábitos de vida saludable». Esta iniciativa consistiría en señalizar alguna de las nueve playas de la ciudad como «Playa sin humo», sin imponer ningún tipo de sanción, con el objetivo de concienciar a la ciudadanía sobre los efectos adversos de fumar en la playa y de tirar las colillas en la arena.

Las colillas de cigarrillo son el principal residuo que contamina las playas a nivel mundial. Los filtros y los cigarros, al entrar en contacto con el agua, la contaminan con sustancias tóxicas como nicotina y alquitrán, así como metales pesados como plomo, arsénico y cianuro. Al ingerir los animales el agua contaminada o las colillas, pueden sufrir enfermedades e incluso la muerte si consumen mucha nicotina. Las colillas son halladas en los estómagos de especies marinas, aves y tortugas, producto de que confunden tales materiales con alimento.

Los españoles fuman al día noventa millones de cigarrillos, lo que supone más de 32.800 millones de filtros al año. El 15% termina en las playas y cada colilla tarda una década en desaparecer.