El proyecto de obra presentado por Miguel Vila contempla tanto la rehabilitación de las grietas e imperfecciones de la fachada de la Casa de la Vila, como la reforma estética de la misma. Un documento estudiado al milímetro, obligado por el relieve histórico del edificio, declarado como Bien de Interés Cultural. En él incluso se adjunta una proyección del aspecto que presentaría la fachada frontal tras la reforma estética, con las banderas en el suelo y los maineles instalados en las ventanas.