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Fútbol

El Cotif ya piensa en el año 2020 tras una edición con récord de público

Miles de personas pasaron por l'Alcúdia para presenciar la victoria de España en hombres y féminas

La selección española masculina volvió a llevarse el título del prestigioso Cotif de l'Alcúdia. ximo ferrer

El Cotif 2019 se despidió pero el comité organizador ya piensa en la edición de 2020. El torneo alcudiano ha demostrado, un año más, que goza de una salud envidiable. Dos factores destacan por encima de todo. Uno es el hecho de que es la primera ocasión en la que se ha podido disfrutar del fútbol de dos selecciones españolas en treinta y seis años. Por Els Arcs han pasado dos generaciones, una masculina y una femenina, llamadas a alcanzar grandes logros en los próximos años. Ambas se proclamaron campeonas. Por otro lado, ese mismo factor influyó en que se viviese un Cotif en el que la afluencia de público sobrepasó todas las previsiones. No sería exagerado decir que en algunas jornadas hubo más público que nunca. Se vivieron llenos absolutos, con miles y miles de aficionados en el campo principal y los colindantes.

Las dos selecciones españolas se coronaron como vencedoras del trigésimo sexto Cotif (octavo en el caso del Cañamás Naranja Femenino). El éxito de afluencia de este año se entiende gracias a las múltiples narrativas que se pudieron vivir en apenas dos semanas. Argentina llegaba como defensora del título, con España y Rusia como grandes rivales. Podía retener su condición de campeona, pero tenía que hacerlo sobre el campo. La albiceleste llegó a la última jornada dependiendo de ella misma, tras ganar a Mauritania y España, pero caer ante Rusia. Necesitaba una gran hazaña y cerca estuvo de lograrla: se quedó a un gol de dejar fuera de la final a España y disputar el campeonato contra Rusia, en lo que habría supuesto la reedición de la final del pasado año.

Jugadores destacados

A nivel individual, también mucho a destacar. Todavía son jóvenes, pero habrá que acostumbrarse a nombres como los de Cedric, Alejandro Baena, Marc Tenas, Alberto Soto, Jon Pacheco, Toni Herrero, Sergio Santos, Adrián Rodríguez y un largo etcétera. Toda una generación de futbolistas que puede seguir el exitoso camino de los Xavi, Iniesta, Villa, Puyol, Casillas o Piqué.

La materia prima es de elevada calidad, en cada jugador hay un diamante en bruto que, con el trabajo y la disciplina adecuadas, se puede convertir en una verdadera joya. Lo mismo se puede decir de la selección femenina. Dejaron detalles de calidad futbolistas como Asun Martínez, Jana Fernández, Paola Hernández, Irene López o Ainhoa Marín, entre otras. Jóvenes talentos de entre diecisiete y dieciocho años que, durante más de una década, darán mucho que hablar. Las dos Españas ilusionaron, y mucho, a los espectadores de Els Arcs y a todos aquellos aficionados que siguen de cerca el torneo pero no pueden acudir al mítico campo alcudiano.

Y, claro, con dos selecciones españolas sobre el césped, se vivió un auténtico espectáculo en las gradas, que estuvieron abarrotadas en una gran cantidad de jornadas. Verlas ganar a ambas fue el mayor de los colofones.

El torneo de este año también ha servido para observar el crecimiento de selecciones en cuyos países se realizan esfuerzos gigantescos para formar futbolistas y darles la posibilidad de labrarse un futuro en el deporte rey. Es el caso de Mauritania, tanto en su modalidad masculina como femenina. Además, en el caso de las féminas, el combinado africano jugó en el Cotif sus primeros partidos fuera de su país, un hito histórico. Otro ejemplo es el de Bolivia, con un equipo femenino plagado de jóvenes jugadoras. En el país suramericano se apuesta cada vez más por la formación futbolística de las mujeres. Aunque el caso más destacado es el de India. Las asiáticas fueron el peor equipo femenino del pasado año y en este llegaron a la última jornada con posibilidades matemáticas de disputar la final. La evolución de su fútbol en un año fue reseñable.

El gran nivel arbitral

Gran proyección, de nuevo, consiguieron los árbitros. La federación volvió a apostar por el torneo valenciano con la aplicación del sistema de videoarbitraje y la presencia de algunos de los principales colegiados del fútbol español. Volvió a ser un éxito. Un nivel altísimo observado por miles de personas que llenaron en cada jornada el estadio, con el punto álgido en el partido entre España y Argentina y en las finales. Decenas de miles de personas apostaron por el Cotif un año más para vivir una experiencia sin igual en verano, con el fútbol como excusa.

Si hay algo claro es que, nuevamente, el Cotif fue un escaparate para los jugadores y jugadoras que han pasado por él.

Dentro de unos años, muchos de los jóvenes talentos de esta edición despuntarán en las mejores ligas del mundo y más de un aficionado podrá decir aquello de: «Yo lo vi primero en el Cotif».

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