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Patrimonio

El proyecto de rehabilitación de la Casa de la Vila de Alzira restituirá los maineles góticos

El plan de obra considera que el estilo original del edificio se corresponde con el de la primera planta y recupera el aspecto de las ventanas

El proyecto de rehabilitación de la Casa de la Vila de Alzira restituirá los maineles góticos

El proyecto de rehabilitación de la Casa de la Vila de Alzira, aún pendiente de aprobación por parte de la Generalitat, incluirá una reforma estética de su fachada. No será un lavado de cara revolucionario, pero la modificación prevista sí podría levantar cierta polvareda, intrínseca a toda obra en construcciones con valor histórico como es el caso del edificio consistorial de Alzira. El proyecto planteado por el arquitecto técnico municipal Miguel Vila, al que ha tenido acceso Levante-EMV, incluye la reposición de los maineles en las ventanas laterales de la fachada frontal; asimismo, las banderas de Alzira, la Comunitat Valenciana y España, que ahora ondean sujetas bajo el ventanal del centro, serán trasladadas al suelo, sobre la vía pública, junto a la puerta del ayuntamiento

Miguel Vila ya contempla que esta modificación del aspecto del edificio consistorial alcireño pueda generar cierta «polémica» debido a las diferencias que existen a la hora de valorar el estilo arquitectónico del edificio consistorial, y su intrahistoria.

Existen dos hipótesis al respecto: la primera, recogida en la ficha de protección de bienes inmuebles del Plan General y en la declaración del edificio como BIC, considera el edificio renacentista en base al estilo presente en los elementos de la planta baja, y que esas ventanas de la primera planta, de estilo gótico, no son originales, y se hicieron a posteriori. La segunda hipótesis, suscrita por Vila y defendida en un trabajo de investigación realizado en 2014 por la historiadora Ana Ballester, sostiene que el edificio es gótico y que se le añadieron las ventanas renacentistas en la planta baja. De este modo, tanto los elementos góticos como los renacentistas serían originales, esto es, implantados en el edificio en la época correspondiente.

Recuperar el aspecto histórico

Aceptando esta segunda hipótesis, Miguel Vila justifica la reforma de la fachada para colocar esos maineles, columnas pequeñas que dividen las ventanas geminadas en dos o tres partes „bíforas o tríforas„, con el objetivo de que su aspecto actual recree la vista original del edificio. «No sabemos exactamente cómo eran antes, pero podemos intuir el grosor de ese mainel por el tamaño del capitel y de la base, sabiendo el volumen de piedra necesario», declaró Vila sobre ello. El arquitecto reiteró que con este proyecto querían acabar con la «impronta histórica falsa» que da en la actualidad la Casa de la Vila, por presentar un aspecto que no se corresponde con el estilo arquitectónico en el que se basa. «Queremos que las nuevas generaciones puedan leer en este edificio aquello que han estudiado», finalizó.

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